SADYHEL ASTUDILLO

 

Antes de iniciar con el texto de esta semana, les hago una atenta invitación. Como la mayoría estamos enterados, gracias a Facebook y Google, el pasado viernes 22 se celebró el Día de la Tierra. Si bien y como en ocasiones anteriores se ha mencionado, no tenemos mucho que festejar, cada día explotamos y abusamos más y más de nuestro planeta. Sin embargo, aprovechemos que apenas fue su día y pongámonos a reflexionar sobre que hemos hecho de bueno con ella y más importante aún, que hemos hecho de bueno para ella. Nunca es tarde para comenzar actuar bien y aportar nuestro granito de arena en pro de un planeta mejor.

La semana pasada en este espacio se comentó sobre los problemas que parecen no tener fin para nuestro estado —son demasiado y ya la mayoría los conoce como para mencionarlo de nueva cuenta— y que estos no son nuevos, si no que llevan varios años lacerando a todos los guerrerenses.

Uno podría pensar, que en todo este tiempo no hay cabida para nada más que violencia, tristezas y preocupación. Pues no es así, en estas interminables listas de malas noticias que atiborran los diversos medios de comunicación diariamente, siempre podemos encontrar algo que nos renueve las esperanzas y nos haga pensar que quizá las cosas pueden mejorar.

A mediados de este mes, en algunos periódicos y sitios de internet -principalmente los de Guerrero- publicaron una nota que merecía tener más atención y preferencia de la que se le dio.

La noticia mencionaba que la Facultad de Veterinaria de Ciudad Altamirano, realizó el registro de propiedad intelectual de una nueva raza de borregos, la cual es orgullosamente Guerrerense. Fueron más de diez años de estudio y dedicación para el doctor Esteban Mireles Martínez, el cual desde 2002 comenzó a cruzar diferentes razas de borregos para engendrar al ideal.

Una década dedicada al estudio y a la superación personal, sin detenerse por creer que no se puede, que Guerrero está atrasado o mil pretextos, él se dedicó a lo suyo y siguió adelante. El nombre de esta nueva raza es Mevezug, abreviatura de Medicina Veterinaria Zootecnista de Guerrero.

¿Quién no ha escuchado o hasta uno mismos a veces menciona que el calor del estado es sofocante? Estoy seguro que todos, si bien, lo que deberíamos preguntarnos al respecto es: ¿Podemos obtener algún beneficio de este clima? Pues Mevezug y el Dr. Esteban dicen que sí, ya que este borrego se adapta con facilidad al calor de la región de Tierra Caliente, y si puede hacer eso, es un hecho que se adaptará aún más fácilmente en cualquier estado de la República que no sea tan caluroso.

Pero no es todo, esta nueva raza, se alimentan principalmente de pasto y vegetación que se da de manera natural como huizaches, espinos, cubato y malezas de campo; entonces, olvidémonos de comprar alimento especial para borregos o materiales procesados para engorda ya que literalmente su comida crece del suelo. Imaginen lo benéfico que resulta esto en términos de ahorro económico para los criadores, y no solo de efectivo, sino también de esfuerzo por el hecho de que el animal de adapta fácilmente a climas calurosos. Este borrego, obtendrá un peso adecuado de manera económica y natural.

Por el momento los trámites se encuentran el primera etapa que es registro de propiedad intelectual, pero, según los medio informativos, para que la raza se registre como nueva tiene que ser certificada por la Unión Nacional de Ovicultores, para ello se necesitan cuatro mil ejemplares de Mevezug, etapa en la que actualmente se encuentran el Doctor y sus colaboradores.

En el medio donde aparece la noticia compartieron unas palabras del Doctor Esteban, la cuales están llenas de razón y les comparto ahora: “Brasil tiene 2 mil investigadores por cada 20 mil profesionistas y nosotros estamos por abajo del 10 por ciento de esta cifra, claramente se requiere que haya más incentivos a la investigación en todas las áreas”.

Más razón no puede tener, no solo en Guerrero, todo el país está lleno de mentes jóvenes, mentes que quieren innovar, trascender; esos chicos y chicas solo necesitan que alguien crea en ellos y los apoyen, de esta manera casos como este del Mevezug no serán aislados. Necesitamos seguir innovando, seguir abriendo nuestra mente y nuestras puertas a nuevos riesgos y conocimientos; podremos perder tiempo, quizá dinero, pero siempre obtendremos la invaluable experiencia.

Sigamos pues el ejemplo de Mevezug, no importa que tan desalentado este nuestro alrededor, que tan bajas sean las probabilidades de éxito, no debemos de detenernos, debemos de intentarlo y darlo todo; no dejarnos vencer por las adversidades de nuestro alrededor y por el contrario, demostrar que entre más desolado y maltrecho este el camino, más robustas y fuertes se plantaran las raíces.

 

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