• El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa dijo que “unos amigos” le ofrecieron “esa oportunidad”; consideró que sacerdotes y obispos deben ser vacunados porque “también son servidores públicos”

Redacción

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reveló que “unos amigos me ofrecieron la vacuna en el estado de Morelos y entonces yo tuve esa oportunidad de que me pusieran la primera parte de esa vacuna”.

En declaraciones que hizo a la agencia API después de la misa de 1:00 de la tarde en Chilapa, el prelado reveló que se está pidiendo al gobierno federal y estatal, que apliquen la vacuna a los sacerdotes y a los obispos de Guerrero, “porque ellos también son servidores públicos, como un médico o como un militar”. 

Rangel Mendoza lamentó que mucha gente no quiere vacunarse porque supuestamente hay efectos colaterales, pero “de ejemplo estoy yo. Hace tres días me la aplicaron y no tuve ninguna reacción. Yo les decía, sólo el primer día tuve bastante sueño y adolorido el cuerpo pero ya pasó todo, fue únicamente el primero día”.

Señaló además que le preocupa mucho la parte de la Sierra y la Montaña, sobre todo donde hay violencia, donde muchas veces los adultos mayores se niegan a ponerse la vacuna, no obstante, pidió al gobierno que busquen una estrategia para llegar a estos lugares difíciles y necesitados, y que se aplique el antiviral. 

Finalmente reveló que en los últimos meses han muerto cuatro sacerdotes a causa del Covid-19 en Guerrero. 

Entre otras cosas, el obispo recordó a la ciudadanía que no debe haber aglomeraciones en las actividades de la Iglesia en estas fechas, como el domingo de Ramos o el viacrucis y viernes santo. (Con información de API)