* Pedro Infante, a 101 años de su nacimiento

Alfonso A. Catalán

Unas personas dicen que los mexicanos solo comemos comida picante; qué amamos por sobre todas las cosas el futbol; que somos ultra devotos con la religión (católica, cristiana), y sí, sin generalizar, millones de personas se sentirán reflejados con estas características. Pero yo les diré algo más: mexicano que no conozca a Pedro Infante Cruz no puede considerarse como tal.
Porque, ¿quién, en su cumpleaños, le han puesto alguna de sus canciones? ¿Quién no ha visto por lo menos una de sus más de 60 películas que lo han colocado en la llamada “Época de Oro del Cine Mexicano (nunca más repetida aunque si bastante añorada)?, o ¿quién no ha escuchado sus interpretaciones de las canciones mexicanas tradicionales, las rancheras cuando se está triste o los boleros cuando se encuentra enamorado?
Ya hace 101 años que “El Ídolo de Guamúchil” nació en Mazatlán y 61 desde que pereció en ese fatídico accidente de avión en Mérida, Yucatán (en donde, por cierto, murió una mujer como “daño colateral”) y a la gente no se le olvida.
Si bien nunca pudo competir con la potencia de voz con la que contaba Jorge Negrete, su carisma enamoró a todas las personas y sus películas lo inmortalizaron, llevándolo a ganar el Ariel como mejor actor por su papel en la película “La vida no vale nada”, en compañía de grandes del cine como Don Domingo Soler, el luchador Wolf Ruvinskis, y las hermosas Lilia Prado, Rosario Granados, Magda Guzmán. También se encuentra el exitazo que supuso su película, “Tizoc”,con el que ganó—de manera póstuma–el Oso de Plata del Festival de Cine de Berlín, como mejor actor principal.
Para algunos la música de Pedro Infante es anticuada, vieja, pero eso es porque nunca han pensado en sus amores disfrutado interpretaciones tales como “100 años (y sin embargo sigues, hundida mi existencia, y si vivo 100 años, 100 años pienso en ti”, del autor Alberto Cervantes, “Historia de un Amor (siempre fuiste la razón de mi existir, adorarte para mí fue religión), “Deja que salga la luna (Yo sé que no hay en el mundo
Amor como que el me das, y se que noche con noche, va creciendo más y más)”, o “Ella”, del maestro José Alfredo Jiménez, solo por mencionar tres de su vasto repertorio de más de 300 canciones que alguna vez interpretó.
Sus películas son, a la vez, una de las formas en como los mexicanos mantenemos a este cantante “vivo”, puesto que todos hemos visto, por lo menos una vez, sus interpretaciones en la primera trilogía vista en el cine mexicano: “Nosotros los pobres”, “Ustedes los ricos” y “Pepe El Toro” han dejado una marca indiscutible y alcanzado un puesto tan alto en la filmografía mexicana que nadie ha podido arrebatar hasta la fecha. De la mano de la mejor versión que llegó a contar el director Ismael Rodríguez, el ‘El Ídolo de México’ también realizó filmes que hasta la fecha siguen siendo vistos y disfrutados por mexicanos en todas partes del país, como “A toda máquina” o “Los Tres García”, o los dramas como “La Oveja Negra” y “No desearás la mujer de tu hijo”, con la soberbia interpretación de Fernando Soler, uno de los mejores actores que ha tenido México.
En sus 101 años que debería tener Pedro Infante no queda más que disfrutar sus canciones y recordarlo como lo que fue, un hombre que llegó a ser la máxima representación del héroe mexicano y que si bien muchos de sus personajes que interpretó eran borrachos y mujeriegos, él nunca ingirió alcohol, y era todo un deportista que disfrutó el béisbol, el boxeo y la aviación que al final se lo llevó al otro mundo.
Recordemos y celebremos a uno de los personajes más icónicos que ha tenido y tendrá nuestro país, que se ha vuelto parte de todos nosotros y nunca será olvidado.
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