* El Alcoholismo en el Día Mundial Sin Alcohol

Por Alfonso A. Catalán

Cuando se es menor, en la clase de Educación Sexual de la secundaria, la profesora muestra a todos, con imágenes expuestas en diapositivas, los diferentes tipos de enfermedades sexuales.
El acto en sí ya es molesto para muchos. No es nada reconfortante que los adolescentes, en plena efervescencia sexual, observen como la sífilis invade el cuerpo con salpullidos, con heridas que se abren en medio de los pies, de los senos, de las manos, que llevan a gangrenarse y provocan una “hermosa” y dolorosa muerte; que la gonorrea cause dolores terribles a la hora de orinar, de segregar flujos malolientes de las partes privadas; que salgan verrugas en diferentes partes del cuerpo y se pueda contagiar a las parejas sexuales con el Virus del Papiloma Humano solo porque no se utilizó condón….
Los adolescentes llegan, entonces, bastante perturbados a sus hogares, después de observar a detalle el tipo de virus y bacterias que destruyen lentamente cada parte del cuerpo, llegando a morir, si no se tiene cuidado, de una manera más que dolorosa.
Ni que decir del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), que si bien en este 2018 ya no tiene el mismo peligro que en los años 80’, sigue provocando millones muertes, tan solo en África.
Este tipo de enseñanzas, por más duras que se vean, se realizan con la finalidad de que el alumnado conozca lo que le puede llegar a pasar si no utiliza por métodos de protección adecuados. En la mayoría de los casos funciona.
Es por eso qué este método debería ser empleado para todas aquellas personas que son ávidas consumidoras de alcohol. No hay nada mejor que mostrarles, con vívidas y “coloridas” imágenes, como la ingesta excesiva y sin control alguno de este producto, causa daños irreversibles al hígado, estómago, riñones, y a la larga—si es que se sigue con vida—, daña por completo al cerebro.
Ayer, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) “celebró” el Día Mundial Sin Alcohol, Guerrero puede presumir otro de sus “magnos logros”, puesto que el alcoholismo se ha convertido en un problema de salud pública.
Jesús Antonio Urueta, médico siquiatra en la unidad del Centro de Integración Juvenil Acapulco (CIJA), informó el pasado 21 de septiembre de este año que, de acuerdo a la encuesta nacional de consumo de drogas, alcohol y tabaco realizada por el Consejo Nacional de las Adicciones, del 2011 a 2016 el consumo de bebidas alcohólicas creció 60 por ciento más en los jóvenes que consumen de manera excesiva hasta niveles de intoxicación. Externó que el consumo explosivo de alcohol en México es preocupante, ocasionando embarazos no deseados, violencia, aumento de morbilidad, problemas gástricos, renales, circulatorios, hepáticos.
Como problema de salud, esta droga es bastante difícil de controlar. Tanto que se convierte en una enfermedad. Por ello, toda aquella persona que la padezca, debe pedir ayuda de la manera que crea correcta. El medio es lo de menos: algunos pueden llegar a superarlo sin creen en un ente superior, en un dios; otros con ayuda de su esposa, su novia, sus hijos; y es que todos pueden llegar descubrir que hay una verdadera vida más allá de la boca de la botella, de perder el sentido, de caer borrachos en las esquinas de las calles, de despertar con una cruda mortal; porque se puede disfrutar de una vida plena sin necesidad de beber… El primer paso es hacerlo.
POR ÚLTIMO
En la nota llamada “Alcohol, un gancho directo al hígado” publicada por el sitio El Salvador, aportan datos valiosos para todo aquel que esté interesado. A continuación se comparte un fragmento:
“El hígado es un órgano muy importante para la vida, una de sus funciones principales es el aprovechamiento de todos los nutrientes que ingerimos diariamente. En el hígado se producen las proteínas del cuerpo y los factores de la coagulación y se produce la bilis, que es muy importante en la digestión de las grasas”, comentó el Dr. Francisco Arévalo, director presidente de Gastroclínica, instituto de enfermedades digestivas.
Es decir que dicha víscera hace mucho esfuerzo en mantener limpia la sangre, y que el alcohol es un tóxico que deja su rastro invasivo en dicho órgano.
“El alcohol es una fuerza exigente en el hígado que requiere que deje a un lado sus actividades normales para metabolizarlo. De hecho, metabolizar grandes cantidades de alcohol puede cambiar permanentemente la estructura celular del hígado, lo que a su vez afecta la capacidad de metabolizar las grasas. La grasa se queda en el hígado en vez de moverse hacia el cuerpo y ser usada”, explicó por su parte el Dr. Mauricio Ernesto Santamaría, cirujano gastrointestinal y colorectal.
Según los médicos, las bebidas alcohólicas dan paso a tres enfermedades hepáticas, hígado graso, hepatitis alcohólica y cirrosis hepática. El límite de cantidad alcohólica por arriba del cual se aumenta la posibilidad de enfermedad hepática alcohólica es 60 ml. de alcohol al día para el hombre (equivale a dos tragos dobles) y 20 ml. para las mujeres, son mucho más propensas.
Si una persona promedio traspasa los límites de ingesta es muy probable que con el tiempo vea resultados negativos, como hipertensión portal, várices esofágicas y sangramientos del tubo digestivo, que pueden tener como resultado la muerte”. (armando16cat@outlook.com)