* Alrededor de 650 casas, escuelas y edificaciones antiguas sufrieron severos daños, por lo que al menos la mitad son inhabitables y 50 deben ser demolidas

 

JESÚS SAAVEDRA

 

ATENANGO DEL RÍO.— El sismo de 7.1 grados registrado el martes dejó más de 650 casas dañadas en esta cabecera municipal de la zona Norte, de las cuales 253 están inhabitables y 50 tienen que ser demolidas porque representan un grave peligro. En su mayoría, las  construcciones afectadas datan del siglo 18 y se encuentran en el primer cuadro de esta localidad.

Este censo que le fue presentado al gobernador Héctor Astudillo Flores, durante la visita que hizo este miércoles, es preliminar, pero engloba lo mismo a domicilios particulares que escuelas, iglesias e inclusive el panteón municipal, donde se cayó el monumento que se erigió a los miembros de la guardia del general José María Morelos y Pavón, fusilados en este lugar luego de su detención en noviembre de 1815, dos años después de haber promulgado Los Sentimientos de la Nación en Chilpancingo.

Este sitio, es la comunidad de Guerrero más cercana a Axochiapan, Morelos, donde los especialistas ubicaron el epicentro del terremoto de 7.1 grados. Está a solo a 80 kilómetros de distancia, y por esa razón el movimiento telúrico afectó a viviendas y edificaciones construidas hace más de 200 años con paredes de adobe y techo de tejas, o incluso más antiguas como es el caso del Curato y la iglesia de San Juan Bautista, que según los habitantes de este lugar tienen más de 450 años de haber sido construidos por frailes Franciscanos que llegaron a este lugar.

Este miércoles, por segundo día consecutivo, el gobernador Astudillo Flores visitó la cabecera municipal, donde funcionarios de la administración estatal entregaron despensas e informaron las primeras acciones después del sismo, que consisten básicamente en el retiro y limpieza de escombros que cayeron a las calles, sobre todo de adobe y tejas, además que se atendieron seis derrumbes en la carretera Paso Morelos-Copalillo y a otras localidades rurales.

Este municipio es el que registra las mayores afectaciones, pues además de las viviendas dañadas, no hay servicio de agua, no hay clases y se han habilitado tres albergues para atender a más de 700 personas.

Hasta acá llegaron elementos de Protección Civil, del Ejército con el Plan DNIII, policías estatales y maquinaria pesada para atender la emergencia.

 

650 viviendas afectadas de manera preliminar: alcaldesa

 

La alcaldesa de Atenango, Amparo Eréndira Puente González, aceptó que hay una gran afectación y que los datos que proporcionaba eran preliminares, pues faltaba por censar el 40 por ciento de las viviendas, la mayoría de ellas ubicadas en las partes altas de esta población.

En entrevista al concluir la visita del gobernador, la alcaldesa informó que son “253 viviendas inhabitables, hay pérdida total en 50 casas que se tienen que demoler y 350 viviendas más con daños parciales”.

Explicó que los comisarios de las nueve comunidades que comprenden este municipio, “nos han reportado daños en los caminos, iglesias y viviendas en menor proporción; se atendieron los derrumbes en los caminos como por ejemplo a Temalac, Zacango, en la carretera Atenango-Paso Morelos”.

Puente González añadió que los daños “se concentran en la cabecera municipal, donde hay construcciones de más de 200 años de antigüedad y anteriores que fueron construidas con material de adobe, techo de teja y la mayoría se ubica en el primer cuadro de esta población”.

Añadió que además se han habilitado tres albergues, “el que trae mayor alojo de personas es el del Casino, en el centro, donde hay 300 personas, y el resto en los otros dos albergues, además de que se ha instalado un comedor comunitario para dar atención a la población en lo que dura la contingencia”, agregó.

Entre esas viviendas antiguas afectadas se encuentra una en la esquina de las calles de Río Grijalva e Insurgentes. Ahí vive doña María, una mujer de más de 80 años, en cuya mirada se observa la tristeza que le causa ver que la casa donde creció ella y sus papás, ha quedado inhabitada.

Una de sus hijas nos explica que tienen conocimiento que su casa de paredes de adobe y techo de teja fue construida en 1720, “iba a cumplir 300 años pero ya no alcanzamos, jamás habíamos sentido un temblor así, nos espantamos mucho y afortunadamente sobrevivimos para contarlo”.

Como esa vivienda, hay 50 más que tienen que ser demolidas, como El Curato, donde vive el sacerdote de la comunidad, o el edificio principal del jardín de niños ‘José María Morelos y Pavón’, que sufrió cuarteaduras que hacen imposible que los niños acudan a recibir su educación.