Alejandro Mendoza

La vida es extraordinaria y sólo se vivirá una vez aquí en la tierra. La manera en que ves tu vida forma tu vida. La manera en que definas tu vida determina tu destino. Tu manera de ver las cosas influirá en cómo empleas tu tiempo, tu dinero, tus talentos y cómo valoras tus relaciones.
Realmente una de las formas de entender a los demás es preguntándoles: ¿Cómo defines tu vida? Entonces te darás cuenta de que hay tantas respuestas diferentes, como tantas sean las personas a las que les preguntes. 
Hay quienes dicen que la vida es un circo, un campo de minas, una montaña rusa, un rompecabezas, una sinfonía, un viaje o un baile. La gente afirma: la vida es un carrusel. Unas veces estas arriba y otras abajo y a veces das vueltas y vueltas. O la vida es una bicicleta de diez velocidades, y algunas nunca las usamos. O la vida es un juego de cartas y tienes que jugar con la mano que te den. 
Resulta interesante tratar de dibujar un cuadro de la vida uno. ¿Qué imagen vendría a su mente? Lo cierto es que esa imagen es una metáfora de su vida. Es la manera de ver la vida que ha tenido, consciente o inconscientemente. Es tu propia descripción de cómo funciona la vida y qué esperas de ella. 
La gente expresa a menudo la perspectiva de sus vidas en la forma de vestir, las joyas, los automóviles, los peinados, los adhesivos en los paracoches e incluso en los tatuajes. Todo eso es parte de la vida de una persona, su interior reflejado de manera externa. Interesante este punto. Esto determina tus expectativas, tus valores, tus relaciones, tus metas, tus prioridades.
Por ejemplo, si crees que la vida es una parranda, entonces tu valor primordial será pasarla bien. Si ves la vida como una carrera, le darás valor a la velocidad y es posible que siempre andes aprisa. Si ves la vida como un maratón, la perseverancia será valiosa para ti. Si la vida para ti es un deporte o una batalla, ganar será muy importante.
La pregunta valiosa en este momento es: ¿Cuál es tu visión de la vida? Es muy posible que bases tu vida en una imagen errónea. La verdad es que hay filósofos, estudiosos y especialistas en este tema que han coincidido en tres enfoques o metáforas sobre el sentido de la vida.
Hay una coincidencia que la vida es una prueba, un fideicomiso y una asignación temporal. Y estas ideas son la base de una verdadera vida con propósito aquí en la tierra. La vida en la tierra es una prueba donde constantemente, una y otra vez, es probado el carácter, la fe, la obediencia, el amor, la integridad y la lealtad de las personas.
El carácter de la persona se desarrolla a lo largo de su vida, en sus reacciones con la gente, los problemas, los éxitos, los conflictos, la enfermedad, el desaliento e incluso en el tiempo. En cosas simples de la vida como recoger la basura tirada en el suelo.
La vida es un fideicomiso porque nuestro tiempo en la tierra debe ser productivo. Nuestro ímpetu, inteligencia, oportunidades, relaciones y recursos deben ser cuidados y administrados para hacer el bien a los demás.
Y la vida es temporal porque sólo se permanece un tiempo en la tierra. Para hacer uso de tu vida nunca debes olvidar dos verdades: Primero, la vida, comparada con la eternidad después de la muerte, es extremadamente breve. Segundo, la tierra es tan sólo una residencia temporal. Debes tener presente que aquí se está un tiempo. 
Las anteriores son reflexiones muy interesantes que vienen plasmadas en el libro ‘Una vida con propósito’, del escritor Rick Warren, que ha vendido 25 millones de copias en el mundo planteando como pregunta esencial ¿Para qué estoy aquí en la tierra? Una interrogante que no a todos les interesa contestar ni descubrir. Y tú ¿qué opinas?
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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