* José Armenta, delegado de esa dependencia, afirmó que 120 mil pesos alcanzan para edificar una vivienda de 50 metros cuadrados
Gilberto Guzmán

El delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), José Manuel Armenta Tello, señaló que se han tomado previsiones para evitar anomalías en el proceso de reconstrucción por las afectaciones del sismo del 19 de septiembre en Guerrero, y se evitó la contratación de empresas constructoras para que sean las familias damnificadas quienes trabajen en la reparación de sus viviendas.
En entrevista, informó que a finales de noviembre, el gobernador Héctor Astudillo Flores comenzó la entrega de tarjetas de débito a familias damnificadas por el sismo del pasado 19 de septiembre, en el municipio de Atenango del Río, el miércoles 6 de diciembre en Huitzuco a beneficiarios de este municipio, de Copalillo, Iguala y Tepecoacuilco, y el jueves en Olinalá, donde también estuvieron beneficiarios de Cualác.
“Hemos acelerado este proceso, el gobernador gestionó ante la titular de la SEDATU, la maestra Rosario Robles, y autoridades de Bansefi para que se nos apoyara y que pudiéramos antes de que concluya el año haber entregado la totalidad de los beneficios”, indicó José Manuel Armenta, quien participa en estas acciones de entrega de tarjetas.
Armenta detalló que a la fecha se ha entregado más del 50 por ciento de apoyos y en fechas próximas se realizará el evento de entrega en Xochihuehuetlán donde se reunirá a beneficiarios de los municipios de Tlapa, Alcozauca, Alpoyeca, Huamuxtitlán, y Tlalixtaquilla.
“Lo único que quedaría pendiente entregar sería en la zona Norte del estado, a los beneficiarios de Taxco de Alarcón, Buenavista de Cuéllar, Pilcaya y Tetipac, con ellos concluiríamos la entrega de estos apoyos”, anunció.
El funcionario mencionó que se destinarán 405 millones de pesos en la atención a familias damnificadas, desde aquellas cuyas viviendas solo resultaron con un daño parcial, quienes tienen pérdida total y las que requieren reubicación, aunque éstas son el menor número, particularmente en los municipios de Taxco y Huitzuco.
El delegado de SEDATU explicó que después de la mala experiencia con el proceso de reconstrucción en Guerrero a partir de los huracanes Ingrid y Manuel, que se contrató a empresas constructoras y a más de cuatro años no se ha entregado el cien por ciento de las acciones, ante la contingencia causada por el sismo del 19 de septiembre se determinó cambiar el esquema de apoyo a damnificados.
“Este mecanismo consiste en dotar de un apoyo económico a las familias que resultaron damnificadas y que tengan la libertad de ejecutar sus acciones, con la posibilidad de tener asistencia técnica; hemos firmado un convenio con la Universidad Autónoma de Guerrero para que los jóvenes que tienen carreras como Ingeniería y Arquitectura y se encuentran en su servicio social o prácticas profesionales, asesoren a quienes estén en el proceso de reconstrucción”, explicó.
El funcionario afirmó que los 120 mil pesos que se entregan a familias para la reconstrucción de viviendas, alcanzan para construir una vivienda de 50 metros cuadrados, 48 de ellos habitables.
También dijo que personalmente ha supervisado el levantamiento de los censos para que se incluya en la lista de beneficiarios a quienes realmente resultaron afectados por el sismo, y evitar reclamos de quienes queden excluidos.
Sin embargo, precisó que el programa también tiene lineamientos y uno de ellos es priorizar a quienes viven en zonas de pobreza extrema, y que la vivienda debe estar ocupada porque hay gente que tiene casas, pero no las habitaba al momento del siniestro o funcionaban como comercios, y el programa no permite su incorporación.
José Manuel Armenta agregó que para evitar la clonación de tarjetas como ocurrió en otras entidades afectadas por el sismo del 7 de septiembre, Bansefi diseñó un plástico que además de la banda magnética contiene un microchip, para garantizar su buen uso, pero en los casos donde se presente alguna clonación, se sustituirá la tarjeta y se reembolsará el recurso que haya sido mal utilizado.