Las encuestas son foto de un día, de un ambiente y del ánimo de los encuestados.— López Obrador siempre ha estado al frente en las encuestas, pero, igual, siempre pierde: Huicochea

 

Enrique Vargas

 

Prácticamente, todas las encuestas o la mayoría de ellas se desbaratan al confrontarse con la realidad, como ha sucedido en muchas elecciones recientes, que han estado bajo la anticipación de esas mediciones de opinión y preferencias, en las cuales la gente prefiere callarse su punto de vista o trata de engañar al encuestador.

Por eso, hay que tomar con mucha reserva los resultados de las encuestas que hacen las empresas especializadas, aunque también puede ser que busquen favorecer a quien paga esos trabajos.

Una de esas mediciones recientes realizada por Mitofsky, uno de los más conocidas, asegura que el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, tiene un nivel de aceptación ciudadana de apenas 26.7 por ciento, lo que deja a un 73.3 que no aprueba o no está conforme con el trabajo del mandatario estatal.

También plantea que 41.9 por ciento de los encuestados identifica la violencia como el principal problema del estado.

En la situación actual, es muy posible que la mayoría de los guerrerenses no esté conforme con la situación que se vive en la entidad, por la violencia, por los problemas económicos y porque no siente que haya una mejoría en sus condiciones de vida.

No hay duda que el gobernador Astudillo trabaja mucho, que todos los días se la pasa recorriendo el estado y entrevistándose con todos los grupos sociales, desde los empresarios que invierten en el estado, hasta los grupos populares que demandan apoyos básicos.

Es obvio que no se vive en una etapa de florecimiento, sino de mucha contención, de recortes presupuestales que llegan desde el gobierno federal, de tener que administrar una situación estatal que heredó en pésimas condiciones, con deudas por miles de millones de pesos, con faltantes por todas partes y con cobros “a lo chino”, por parte del SAT, de la Secretaría de Hacienda, que deja al gobierno guerrerense tronándose los dedos, para hacer más con cada vez menos.

Hay dos escenarios respecto del gobierno federal, pues por una parte llegan con bastante frecuencia titulares de las dependencias como Sedesol, SCT, Sedatu, Gobernación y Hacienda, y hasta del presidente de la República, que siempre ofrecen apoyos y obras y muchas cosas más, pero por el lado contrario aplican los recortes sin ninguna consideración y eso deja al estado sin algunos cientos o miles de millones de pesos, que en una situación como la de Guerrero, son puñaladas en la espalda o ganchos al hígado, que lo doblan y lo hacen gemir, pero no se queda con el golpe, sino que lo trasmite íntegro a la población del estado, porque no hay de otra.

El gobierno astudillista hace recortes y aplaza pagos, y afecta a los que van al día con sus ingresos, porque lo hace a rajatabla, sin tratar de afectar lo menos posible a los que enfrentan esos recortes y retrasos en el cumplimiento de los compromisos contraídos con grupos sociales, además de que no es seguro que esas mismas limitaciones se impongan en el grupo gobernante privilegiado, que ni suda ni se acongoja, como se ha criticado de algunos de sus colaboradores, que no dejan de estrenar vehículos de lujo o de adquirir propiedades, que no son del Infonavit o el Fovissste, como se ha documentado en varios casos recientemente.

Por eso se le da una mala calificación al titular del Ejecutivo HAF, porque la gente tiene una desconfianza natural hacia los planteamientos oficiales y las acciones que realiza cotidianamente.

No es fácil revertir esta situación, porque ni hay con que hacerlo, pero hay que buscar la manera de que los escasos recursos que hay lleguen a los más necesitados y que se aprieten los beneficios de los que más reciben y de los que mandan.

LÓPEZ OBRADOR SIEMPRE HA ESTADO AL FRENTE EN LAS ENCUESTAS, PERO, IGUAL, SIEMPRE PIERDE: HUICOCHEA.— Uno de los políticos muy afectos a las encuestas es el dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, a quien nuevamente colocan como el aspirante a la Presidencia de la República con un mayor número de adeptos, aunque es más fantasía que realidad.

Sólo hay que recordar que cuando compitió con el panista Felipe Calderón empezó su campaña con una ventaja de 20 por ciento sobre su competidor, mientras que ahora sólo alcanza poco más del 19 por ciento de aceptación nacional, frente al priismo que llega a 15 por ciento, que representa una diferencia mínima.

Pero, además, como hace ver Celestino Cesáreo del PRD (de las pocas cosas inteligentes que ha dicho), Morena no tiene estructura política, que es lo que hace ganar las elecciones, porque se trata del “partido de un solo hombre”.

Eso hace ver que la supuesta delantera que tiene el Peje López Obrador es cada vez más cerrada, respecto de sus contendientes, lo que de plano lo vuelve a colocar muy cerca de una nueva derrota, la definitiva, en la elección del 2018.

En la actualidad AMLO arrastra elementos negativos que no tuvo en el pasado, relacionados con hechos de corrupción como el caso de su recaudadora de fondos en Veracruz, de las dádivas que recibió del gobernador de ese estado, Javier Duarte, y recientemente, con el jefe delegacional de Tláhuac, su protegido, que tenía negocios directos con “El Ojos”, jefe de la delincuencia organizada en esa demarcación.

Por eso es muy cierto lo que marca el dirigente priista en el estado, Heriberto Huicochea Vázquez, de que es cierto que AMLO siempre aparece adelante en las encuetas, pero también es muy cierto, que a pesar de eso, siempre pierde.

No hay un sólo triunfo real a su favor en elecciones recientes.

La mejor encuesta de anticipación que se advierte en estos momentos es que Andrés Manuel López Obrador está muy lejos de ganar la Presidencia de la República, aunque sus seguidores ya lo dan ocupando la Silla del Águila, lo que está bastante lejos de ocurrir, pues aunque se plantee una alianza de las izquierdas o lo que queda de ellas, con los derechistas del PAN, no van a llevar a El Peje como abanderado, porque él ya se encargó de deslindarse y con toda soberbia decirles que de ninguna manera los aceptaría en una alianza en su favor, cosa que deben agradecerle, porque sólo va con el PT, que como en el caso de la vaca flaca y vieja del granjero, ya no daba leche, sólo daba lástima.

Por eso, la encuesta más realista es la que muestra que Andrés Manuel López Obrador nunca va a ser presidente de México.

Para bien de todas y todos.

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