Sadyhel Astudillo

 

A causa de los cambios climáticos que ha sufrido el planeta en los últimos años, el tema de la contaminación ha comenzado a tomar un poco más de importancia y crear conciencia entre líderes de países altamente industrializados, lo que ha propiciado encuentros y foros de carácter internacional, hasta la fecha con pobres resultados. Pero veamos este problema desde una óptica más particular.

Lamentablemente esta preocupación por la contaminación no está fundamentada en el cambio que debe de hacer cada persona para dañar menos nuestro entorno. La angustia es principalmente porque las consecuencias de nuestros actos están comenzando a verse reflejadas en nuestro día a día.

Si bien, décadas atrás la mayor parte de la basura que se generaba en los hogares y que se encontraba en las calles era en su mayoría orgánica, esto debido a que los productos empaquetados, enlatados, y procesados por medios de industrias aun no invadían nuestros hogares ni las calles. Y en el caso de los desechos plásticos y/o nocivos para el medio ambiente era generado por fábricas o industrias, las cuales al ser pocas se podía tener un mejor control sobre sus desechos por parte de las autoridades correspondientes.

Sumado a lo anterior, tenemos el hecho de que no existían tantos productos desechables y algunos insumos o necesidades del hogar era reutilizable como el ejemplo de los pañales que eran de tela. Gracias a ello la cantidad de basura que se generaba, si bien podía reciclarse para generar composta o desecharse en el sitio adecuado.

Ahora, años después, nos encontramos rodeados de productos desechables, de alimentos en presentaciones de plástico, de cientos de miles de bolsas “del mandado” de plástico, todo este producto innecesario inevitablemente terminará en la basura o pero aun en el suelo.

Hagan memoria amables lectores y recuerden cuantos productos empacados consumen en un día laboral, llámese yogur, galletas, leche, refrescos, etc., la cantidad que hayan recordado multipliquémosla por la cantidad de personas que viven en nuestra comunidad… el resultado es preocupante. A ello tenemos que agregar que los jóvenes y niños son los que consumen aún más este tipo de productos y son los que, si no se les educa de la menara correcta, desecharan el empaque en donde terminen de consumirlo.

Con todo lo anterior tenemos que: se están generando un exceso de productos de empaques de plástico (esto ya es un negocio imparable debido a su rentabilidad y por su innecesaria demanda) y el desecho que se genera de ellos no está siendo manejado como se debe. Esto culmina en que cuando pasamos por la calle, veamos más bolsas de frituras en el suelo que plantas y que posteriormente cuando llueve, esa basura tapa las coladeras, las calles se inundan y los vecinos nos indignamos, debido a que el problema ahora es estético y se ve mal en la sociedad; es entonces cuando comienzan a surgir campañas y programas para no tirar la basura en la calle, cuando literalmente el problema nos está mojando nuestros los pies.

Hoy en día lo mínimo que debemos hacer, por respeto al planeta, a nuestros vecinos y a nuestra propia salud, es consumir lo menos posible productos desechables y comida procesada y, en caso de hacerlo asegurarnos de que se deseche correctamente, recuerden, esto es lo mínimo a nivel personal. A nivel sociedad debemos también de asegurarnos de que nuestros hijos, hermanos y vecinos cumplan también esa función y pasar la cadena a nuestra calle y colonia.

A nivel entidad nos compete como ciudadanos y a las autoridades asegurarse de que la recolección y posterior tratamiento de la basura municipal se realice de manera correcta y oportuna, debiendo colocar recipientes contenedores en puntos claves y estratégicos de la ciudad. También, si se está enterado sobre negocios o empresas que no cumplen con el correcto tratamiento de sus desechos, reportar y asegurarse de que sean sancionados, que se genera una solución y que esta se respete.

Si todos y cada uno de nosotros cumplimos con cada una de estas condiciones quizá cuando llueva ya no se inunden las calles y podamos verlas con menos basura, esto con mucha suerte y trabajo.

Tengamos presente que el daño hecho es irreversible, y lo que se está proponiendo en esta colaboración es a nivel urbano. Si queremos hacer más por nuestro planeta sobre el mismo tema de la contaminación, debemos de dar pasos aún más agigantados, como el planeta mismo, pero ese será un tema para otra ocasión.

 

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