El hotel Dreams Acapulco, uno de los 600 hoteles afectados por el paso del Huracán Otis, está lidiando con una devastación masiva que ha dejado a la industria hotelera en el puerto en un estado paralizado.

La majestuosa ceiba que solía abrazar la entrada principal de esta lujosa hospedería ya no existe. Ahora, el hotel se asemeja a un lugar que ha sido impactado por una tormenta de bombas: estructuras de hierro expuestas, ventanales con vidrios rotos, paredes fracturadas y enormes ramas obstruyen la entrada. Esta era la vista panorámica que daba el Dreams Acapulco hacia la playa Icacos en la bahía de Santa Lucía.

El área de estacionamiento exhibe al menos cinco automóviles completamente destrozados por escombros. Para preservar lo que queda de este inmueble, militares custodian el lugar, a pesar de enfrentar olores desagradables de los montículos de basura que ahora adornan las rampas hacia la entrada principal.

Según la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), la mayoría de los hoteles quedaron en su obra negra, aunque hasta el momento ninguno ha reportado daños estructurales significativos después del paso del huracán.

La operadora mayorista Azabache estima que el hotel Dreams podría reabrir sus puertas en dos años, un plazo que los hoteleros han considerado necesario para llevar a cabo las reparaciones necesarias tras el paso de Otis.