La violencia hacia la mujer tiene un amplio y desafortunado historial; el progreso y avance científico y económico ha sido asimétrico con el avance social, situación que ha ido perpetuando conductas a todas luces reprobables que se traducen en claras violaciones a los derechos humanos de las mujeres; casos como los de dos mujeres asesinadas en Ayutla de los Libres, otras más privadas de la vida en Chilpancingo, dos más atacadas en Xaltianguis; las desapariciones de más de veinte mujeres en lo que va del año, así como el caso de otra mujer hallada muerta sobre la carretera Taxco-Cuernavaca; son solo algunos de los casos más recientes que ejemplifican esta violencia contra las mujeres y que esta Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero condena enérgicamente.

La paz y la seguridad ciudadana son aspectos básicos y elementales en la construcción de una sociedad moderna, justa, equitativa y democrática, donde el estado de derecho garantice a las personas el poder desarrollarse plenamente, sin temor ni la zozobra de sufrir un menoscabo en su integridad personal y sus derechos; ante tal escenario la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero, observa con preocupación diversos acontecimientos y situaciones suscitadas en nuestra entidad que laceran los derechos de la población, sobre todo de aquellos sectores con mayor grado de vulnerabilidad, como son las mujeres, niñas y adolescentes; vemos con preocupación las noticias que dan cuenta de desapariciones de mujeres en nuestro estado, feminicidios, violaciones y otros casos más de violencia en agravio de nuestras mujeres, niñas y adolescentes en diversos puntos de la geografía guerrerense, no obstante la declaratoria de Alerta de Violencia de Género en el estado.

Desafortunadamente factores como una acendrada cultura en nuestro entorno social, derivada de relaciones históricas de poder del hombre hacia la mujer, la marginación y la impunidad inciden en conductas reiterativas generadoras de violencia, producen ambientes permisivos de vulneración a los derechos de las mujeres, a quienes se responsabiliza de las agresiones que padecen con argumentos incomprensibles como su vestimenta, sus actividades sociales y/o laborales o su situación personal.

Ante ello tenemos como sociedad que construir un país con un tejido social regenerado, la sociedad civil debe general inercias para que esto cambie, para lo cual se requiere la participación de todas y todos, autoridades, organizaciones civiles, las universidades y los centros educativos, mujeres y hombres comprometidos con un verdadero cambio; que se termine con la impunidad, con el no pasa nada, donde el hecho de ser mujer y ser pobre, permita que no pase nada ante una desaparición o cualquier otra agresión.

Mientras el fenómeno de crímenes de odio siga, no habrá justicia, seguridad, paz social y progreso, no podremos tener una sociedad pacifica donde impere el estado de derecho.

Todas y todos tenemos derecho a la paz, a vivir con tranquilidad y desde luego a un efectivo acceso a la justicia, para lo cual requerimos de la interacción de todos los entes sociales en el fomento y garantía de los derechos humanos de las y los guerrerenses.

Se requiere además de investigaciones prontas y eficaces, apegadas a los parámetros internacionales en la materia y con perspectiva de género. ANG