G13051653.JPG CHILPANCINGO, Gro. Interview/Entrevista-Salvador Rangel.- Entrevista con monseñor Salvador Rangel Mendoza, obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, para el periódico EL UNIVERSAL. Foto: Agencia EL UNIVERSAL/JMA
  • * El responsable de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa dijo que llegó a esa zona un grupo delictivo que ha causado “muchos destrozos”
  • * Denunció que ya comenzó a venderse en la capital la droga conocida como fentanilo y la china White, y que eso ha generado más asesinatos

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reportó el ingreso de un nuevo grupo delictivo en los municipios de Iguala, Taxco y Tetipac, en la región Norte del estado.

En entrevista, afirmó que esos municipios se han convertido en “foco rojo de violencia” debido a la incursión de un nuevo cártel que ha causado “muchos destrozos”.

El prelado también denunció que en los municipios de Chilpancingo, Iguala y Taxco comenzaron a distribuirse drogas sintéticas como el crack, mejor conocido como piedra, y el fentanilo o china white.

De acuerdo con Rangel Mendoza, esa información le fue confirmada en las reuniones que ha sostenido con jefes del narcotráfico, las cuales tienen el objetivo de lograr la pacificación de la Diócesis.

“Un narco me dijo: yo no permito que entre a mi territorio la droga dura. Por eso han asesinado a los distribuidores de ese tipo de droga”, comentó.

El obispo explicó que la llegada de estas drogas sintéticas ha provocado, también, la caída en el precio de la goma de opio que se produce en la sierra y que sirve de base para la fabricación de heroína.

Por ese motivo, advirtió que en los pobladores de la sierra “se están muriendo de hambre, no tienen ni chile para comer”.

Rangel Mendoza indicó que ya alertó al gobierno federal sobre la hambruna que de vive en las comunidades de esa región.

Reveló que tuvo una conversación con el delegado del gobierno federal en Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, a quien expuso la problemática y lo urgió a implementar una estrategia de ayuda humanitaria.

Sin embargo, hasta ahora los pueblos no han recibido un solo apoyo de la federación.

“Ya no hay amapola, por eso no hay dinero”, dijo el obispo, quien ejemplificó que “en la parroquia de Yextla los padrecitos sacaron (compraron a crédito) una camioneta para moverse, porque atienden a Pueblo Viejo, Campo Morado, El Jilguero y Las Margaritas”.

Añadió que “la estaban pagando con las limosnas y de ahí mismo salía la gasolina, pero la gente está tan pobre que ya no da limosna, y mejor van a devolver la camioneta porque deben 170 mil pesos, me lo comunicaron hace tres semanas”, comentó.