Jesús Saavedra

Un grupo de jóvenes encapuchados, que se presume eran normalistas de Ayotzinapa, tomaron ayer por la mañana durante poco más de una hora la caseta de cobro de Tlalpan, de la autopista Ciudad de México-Cuernavaca, y cometieron destrozos contra al menos siete módulos de cobranza, reportó Caminos y Puentes Federales (Capufe) que administra esa vía de comunicación.

Esa autopista que comunica a la Ciudad de México con el puerto de Acapulco, inicia precisamente en la caseta de Tlalpan donde este sábado por la mañana arribaron al menos un centenar de jóvenes encapuchados a quienes Capufe identificó como estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa, que se encuentra en las afueras de la vecina ciudad de Tixtla.

De acuerdo a funcionarios de Capufe, los encapuchados arremetieron contra siete casetas de cobro que estaban funcionando, causaron daños a puertas, vidrios y ventanas, además de destrozar equipo con el que labora el personal en esos módulos de cobro.

Los vándalos llegaron a ese lugar antes de las 12 del día y se retiraron aproximadamente a la una de la tarde, tras su actuación violenta en esa plaza de cobro de la Autopista de la Ciudad de México de donde robaron el dinero que había en las siete casetas y se retiraron, reportaron las autoridades.

Después de las cuatro de la tarde, unos 50 normalistas de Ayotzinapa llegaron a la plaza de cobro de Palo Blanco, de la Autopista del Sol, al sur de esta capital, a bordo de un autobús de transporte foráneo y tomaron las casetas de cobro.

Estuvieron pidieron “cooperación” de 50 pesos a cada automovilista que circulaba por esa vía, el cual paga 138 pesos en esa caseta.

Los jóvenes dieron a conocer que estaban recabando recursos para una caravana del Colectivo “Los Olvidados” de Ayotzinapa que piden justicia para nueve normalistas que han sido asesinados en los últimos 9 años y que no tienen la misma atención que los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala el 26 de septiembre de 2014.

Han pedido una audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador para plantearle cada caso y que se instale una mesa de atención especial para las familias de esos normalistas muertos, que demandan que haya justicia en cada uno de esos casos.

Los estudiantes estuvieron en ese lugar más de tres horas y se retiraron a sus instalaciones en Tixtla, a bordo del autobús en que se desplazaban, sin que se reportara algún incidente.