• * La concejala de Ayutla de los Libres dijo que “recibir este premio es una gran responsabilidad, por ser mujer, por ser indígena, mi conciencia me dice que debo seguir luchando”

Jesús Saavedra

La dirigente de la Organización del Pueblo Indígena Me’phaa (OPIM), Obtilia Eugenio Manuel, recibió de manos del presidente Andrés Manuel López Obrador el Premio Nacional de Derechos Humanos, por el acompañamiento y defensa de mujeres indígenas víctimas de violación sexual por parte de elementos del Ejército Mexicano en el municipio de Ayutla de los Libres en la Costa Chica de nuestra entidad.

La también concejala de Ayutla ha documentado y acompañado además la lucha por la esterilización forzada de mujeres indígenas, así como las violaciones de mujeres cometidas por personal del Ejército y la masacre de 11 mixtecos en la comunidad de El Charco, municipio de Ayutla de los Libres en 1988.

En 2002 tuvo una participación trascendental en la denuncia de violación de las dos mujeres indígenas, Valentina Rosendo Cantú e Inés Fernández Ortega, casos que fueron llevados ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) y que derivaron en una condena al Estado Mexicano para que resarciera el daño y ofreciera una disculpa pública.

En febrero de este año, fue privada de su libertad junto con Hilario Cornelio, también miembro de la OPIM, y cuatro días después localizados con vida en Tierra Colorada, municipio de Juan R. Escudero. “Sigo viva gracias a las amplias movilizaciones colectivas y mujeres de organizaciones sociales, derechos humanos”, dijo sobre ese episodio.

En su lengua originaria, Obtilia Eugenio saludó a los presentes en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde destacó la discriminación de la que sido víctima el pueblo indígena Me’phaa, y las dificultades para acceder a la educación.

Durante la conferencia matutina que encabeza López Obrador, la concejala relató parte de su vida en su comunidad Barranca de Guadalupe, municipio de Ayutla, abundante de carencias, donde murieron en sus brazos hace 30 años sus dos hermanos, víctimas del sarampión, así como a otras 40 personas, entre hombres, mujeres y niños. “Nunca nos vacunaron, no teníamos caminos, ni escuelas, esos gobiernos nos abandonaron, creo que por ser indígenas”, señaló.

Frente a los mandos del Ejército presentes en la ceremonia de premiación, Obtilia Eugenio relató la serie de violaciones sistemáticas a su comunidad, las violaciones de mujeres, el encarcelamiento y desaparición de miembros de su organización, y el asesinato de familiares.

Detalló que “la historia que conozco de mi pueblo ha sido de sufrimiento y también de lucha. Recibir este premio es una gran responsabilidad, por ser mujer, por ser indígena, mi conciencia me dice que debo seguir luchando, no puedo quedarme callada, cuando a diario hay mujeres acosadas, asesinadas o atacadas”, expuso.

Al presidente López Obrador le exigió que se acabe de una vez por todas, la violencia contra las mujeres, que se acentúa en particular en las zonas indígenas más pobres del país, “ya no queremos ningún violador más en nuestro camino”.

En su mensaje señaló que en Ayutla de los Libres, donde ella mismo forma parte de las autoridades electas por usos y costumbres, no ha cambiado nada en estos años, no se ve la diferencia.

Habló sobre la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, que es un sistema de seguridad y justicia indígena que ha servido para combatir la delincuencia en comunidades indígenas, que nació hace 22 años en la Montaña y está controlada por la asamblea de cada comunidad, aunque admitió que hay algunos grupos que han sido penetrados por la delincuencia y se dedican a detener a personas sin justificaciones y a pedir dinero para liberarlas

La condecoración fue entregada por la titular de la CNDH, Rosario Ibarra de Piedra, y el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien en su intervención se comprometió a cumplir sus compromisos en materia de Defensa de los Derechos Humanos y cambiar la perspectiva de que el principal violador es el Estado.