* La mujer, quien estuvo ayer en Iguala en compañía de familias que buscan a personas desaparecidas, dijo que “las madres somos las que andamos en las calles buscando a nuestros hijos”

CARLOS NAVARRETE

IGUALA.— A Juan Hernández Manzanares lo desaparecieron el 20 de febrero de 2011. Es policía federal y la última vez que se le vio fue en San Luis de la Garza, Nuevo León. En lugar de buscarlo, la corporación lo reportó por abandono de empleo.
Desde entonces su madre no ha dejado de buscarlo. En su incansable ir y venir por todo el país en todos estos años ha identificado otros casos de policías reportados como desaparecidos, pero la corporación nada ha hecho para colaborar en las investigaciones.
“A las autoridades no les interesa saber qué pasa con los desaparecidos, las autoridades no los van a buscar. Las madres perdimos el miedo, y las madres somos las que andamos en las calles buscando a nuestros hijos”, dijo.
Asegura que en diferentes estados del país le han permitido ingresar a los reclusorios para buscarlo, sin éxito. Pero lo que ha documentado ahí podría ser determinante: dentro de los centros penitenciarios ha encontrado a varios elementos de la Policía Federal en calidad de detenidos, a quienes las autoridades carcelarias no les permiten comunicarse con sus familias.
La madre de Juan no descarta que su hijo se encuentre en esa misma situación, lo que reaviva la esperanza de encontrarlo con vida.
Este jueves llegó a Iguala como parte de la Caravana Internacional de Búsqueda de Desaparecidos que, a diferencia de otros movimientos, tiene la finalidad de localizar con vida a cientos de desaparecidos de Guerrero, Veracruz, Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua y Coahuila.
La madre de Juan participa en ella y este viernes visitará, junto a otras cien familias, el Centro de Readaptación Social (Cereso) de la ciudad y las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo).
Afirma que es una defensora de derechos humanos por necesidad y no por elección. La desaparición de su hijo la obligó a salir a las calles para exigir a las autoridades que lo localicen con vida. Pero está consciente de una cosa: quienes deben buscarlo son los mismos que lo desaparecieron.
Asegura que “esto es una doble lucha para mí, porque el Estado está haciendo las desapariciones, entonces estoy peleando contra el Estado, contra la institución con la que mi hijo laboraba. La Policía Federal no busca a sus elementos, muchos de ellos están desaparecidos, y ahorita con la Caravana estamos entrando a las cárceles y ahí me he encontrado a mucho policía federal encarcelado”.
Cuando Juan desapareció se encontraba en un hotel de San Luis de la Garza, donde se hospedaban cientos de agentes federales. La madre de la víctima relata que su hijo compartía habitación con otros tres elementos. Esa misma noche, dos policías más también desaparecieron del hotel.
No descarta que otros elementos de esa corporación estén involucrados, pues ninguno de los agentes que se encontraban en el lugar ha informado qué sucedió ese 20 de febrero.
“Yo creo que hay que cuestionar a Renato Sales (comisionado Nacional de Seguridad) ¿Qué es lo que hace con sus elementos? ¿Por qué están adentro de las cárceles? Le vamos a dar seguimiento a algunos reclusorios, porque hay policías ahí adentro que están reportados como desaparecidos”, aseguró.
La madre de Juan denunció que la Policía Federal nada ha hecho para buscar a su hijo, porque “para el gobierno los policías son desechables” y, por el contrario, la institución reportó a su hijo por abandono de trabajo.
Durante el arribo de las familias a Iguala, una de las organizadoras de la Caravana hizo una sola petición al gobierno de Guerrero: que permitan realizar la búsqueda, sin hostigamientos ni impedimentos burocráticos.