Alejandro Mendoza

 

Muchas de las veces en política y en el ejercicio de gobierno, nada es lo que parece. Una de las máximas estrategias que se aplican tiene que ver con la manipulación del pensamiento popular. Se oculta la verdad y se alienta la confusión y la desinformación con el único propósito de tener control.

La historia da cuenta de la importancia de la manipulación de los sucesos para beneficio de quienes ostentan el poder para mantener, concretar o extender intereses de todo tipo, pero especialmente con dinero, control y poder.

Tres sucesos ocurridos en el ámbito internacional, continental y nacional nos ayudan a comprender el nivel de impacto que tiene la manipulación de la información, en la mayoría de los casos en perjuicio de la sociedad.

1.- En lo internacional con la guerra de los nazis con Hitler liderando y controlando a través de la generación de información estratégica y manipulación de los mensajes a la población para la expansión de su territorio.

2.- En lo continental con los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas y a las instalaciones del Pentágono de Estados Unidos ocultando y manipulando la información de lo ocurrido, dejando muchas dudas sí en realidad esto ocurrió como se informó y que los responsables hayan sido terroristas liderados por Bin Laden.

3.- En lo nacional con la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayoztinapa, en cuyo caso se manipuló a todas luces la información de todo lo ocurrido, y se desvirtuó desde el mismo gobierno toda la investigación del caso.

Edward L. Bernays, sobrino de Sigmund Freud y uno de pioneros en el estudio de la psicología de masas, escribió en su libro Propaganda que “la manipulación deliberada e inteligente de los hábitos estructurados y de las opiniones de las masas es un elemento importante en las sociedades democráticas. Aquellos que manipulan este oculto mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder dirigente de nuestro país (estado e incluso municipio).

Somos gobernados, nuestras mentes están amoldadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran medida por hombres de los que nunca hemos oído hablar”.

Asimismo, fundamenta el sustento de todos los sistemas de gobierno en la “manipulación de la opinión pública”, al afirmar que “los gobiernos, ya sean monárquicos, constitucionales, democráticos o comunistas, dependen de la aceptación de la opinión pública para llevar a buen puerto sus esfuerzos y, de hecho, el gobierno sólo es gobierno en virtud de esa aquiescencia (aceptación) pública”.

En otro de sus libros, “Cristalizando la opinión pública”, desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento. Así, según sus palabras “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía”.

Por eso podemos escuchar de líderes en todas las áreas de la sociedad y regularmente es una élite la que unifica criterios en función de sus intereses sobre la manipulación del pensamiento de la gente.

Todos somos conscientes de ello: la población está siendo manipulada.

La población está inmersa en una constante guerra psicológica a gran escala, en la que la mayoría de la gente es conducida como un rebaño camino del matadero, bajo la susurrante e hipnótica cantaleta de los medios de comunicación y las paternales proclamas y los lemas cargos de anestesia de la clase política dirigente.

El primer paso que se debe dar para liberarse de este yugo es tomar plena conciencia de cuáles son las técnicas de manipulación empleadas sobre la sociedad y una vez que se conozcan, observar los hechos bajo la nueva lente que ofrezca ese conocimiento, con el fin de detectar las futuras maniobras de aquellos que consideran a la población sólo una masa capaz de ser moldeada a sus intereses.

Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz

almepa10@yahoo.com.mx