* Duarte: los empeños de una casa

* ¿Quién sigue, Enrique?

 

Isaías Alanís

 

En medio de una triangulación electoral están Tomás Yarrington, Javier Duarte y Emilio Lozoya Austin, por lo de Odebrecht.

Si el “mensaje firme contra la impunidad” es de verdad, que maravilla; pero si apunta a beneficios electorales, que mal, pues a Duarte no lo habían detenido porque la PGR lo solicitó hasta el 15 de abril, declaró Thelma Aldana, fiscal de Guatemala.

Nadie duda que del sexenio de Fox, Calderón a EPN, se tiñeron de corrupción. No hace falta una numeralia de los exgobernadores del PRI, PRD y PAN, secretarios, empresarios y funcionarios, metidos en actos ilícitos propios de la delincuencia instituida a lo largo de la historia de México.

Estos enredos políticos tiene un paralelismo con la obra de Sor Juana, Los empeños de una casa, escrita al Virrey Tomás de Aragón y Cerda por el hijo que procreo con María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, amiga y mecenas de la autora del “Primero Sueño”.

En Los empeños de una casa, obra teatral del barroco mexicano salido de la inmensa pluma de Sor Juana, la trama gira en torno a dos parejas que se aman, pero no pueden estar juntas.

La detención de Yarrington, hecha a petición de la DEA, y de Duarte en la que priva una tragicomedia, ha dado pie a la existencia de una percepción generalizada en articulistas nacionales, que lo de Duarte fue montaje. ¿Es creíble? Su captura se presta divergencias notables, por ejemplo, el tufo prepotente de Duarte que se niega a ser extraditado. Duarte ¿mandó un mensaje al enviar a su familia desde el aeropuerto de Toluca? ¿Por qué el avión no despegó de la CdMx, Guadalajara y qué mensaje envío Duarte, a quién o quiénes y por qué?

Los hijos arribaron a un hotel de lujo donde el cínico risueño Duarte se alojaba con su esposa. Se infiere que antes de ser detenido, tuvo tiempo de despedirse de sus hijos, explicarles su futuro y asegurar que Karime Macías Tubilla, su esposa y cómplice, familiares y socios, salieran airosos después de “merecer abundancia” a costa del erario de los veracruzanos. ¿Por qué no detuvieron a Macías Tubilla? ¿Se fue a Suvilla?

Esta comedia política tiene relación con la obra de Juan de Asbaje, “Los empeños de una casa”. Obra de enredos amorosos. “Ana de Arellano y su esposo don Pedro, residentes en Madrid, se trasladan a Toledo, en viaje de negocios. Ana conoció a Carlos de Olmedo, que la sigue hasta Toledo. Y la cándida de Doña Ana se enamora de Olmedo, quien mantiene un amorío con Leonor de Castro, pretendida de Don Pedro, el marido de doña Ana. Don Rodrigo, padre de Leonor, desaprueba la boda de Leonor con Carlos y planean escapar.

Ana se entera que Leonor y ella aman al mismo hombre, y tiempo después llegan a casa de los Arellano, don Carlos y su criado Castaño, en calidad de prófugos de la justicia. Ana les da asilo, y el enredo crece cuando Celia, la criada de doña Ana, aloja en la casa a Juan de Vargas. A oscuras, Juan increpa a Ana por su desamor, aunque en realidad lo escucha Leonor. Carlos oye su voz y sale, pero en realidad, hablan con personas distintas. Al salir la luz portada por Celia todos se desconciertan, y Juan y Leonor suponen que Ana es amante de Carlos. Sin embargo, la caballerosidad de Carlos le impide dudar de Leonor”.

“Carlos envía a su criado Castaño, bajo amenazas, a explicar la situación al padre de Leonor. Castaño se viste con ropas de Leonor, lo que agranda los enredos. Vestido como Leonor se encuentra con Pedro, quien queda desconcertado ante la necedad, que él cree fingida, de su amada. El criado cambia su actitud y le promete que esa noche será su mujer. Al final todos los enredos se resuelven felizmente: Carlos queda con Leonor, Ana con Juan y Castaño con Celia. Don Pedro queda solo por haber urdido todo el engaño para conseguir a una mujer que él sabía era un imposible”.

En otro enredo de la casa presidencial, es el escándalo aun sin fundamentos del exdirector de PEMEX, Emilio Lozoya Austin, del que trasciende que recibió 5 millones de dólares de la empresa Odebrecht, caracterizada por corromper a presidentes latinoamericanos. EPN tiene que actuar para que sus palabras sean creíbles: ¿le revisarán los contratos a HIGA y demás cuentas pendientes de los gobernadores virreyes? Si realmente EPN, va a frenar la corrupción tienen que llamar a cuentas a Lozoya, de lo contrario, al igual que Don Pedro en Los empeños de una casa, se va a quedar solo, producto de sus ambiciones amorosas y hundido en un auto engaño.

Engañarse para engañar a México, no es la función de un presidente. Y el caso Duarte es más que significativo por el modus operandi en que fue detenido salvando a la mujer, a familiares, amigos cercanos y socios de Duarte.

Habrá que esperar si la justicia también los toca o solo es un escándalo previo al 2018, le cobrarán la factura a Duarte e involucrar a Miguel Ángel Yunes Linares y a partidos políticos que favoreció: PRI nacional y Morena en Veracruz, entre otros, porque la sonrisa de Duarte que presume tener respaldo presidencial, no es un mensaje oportuno para el futuro de EPN, y las elecciones en el Edomex.

Peña como en la obra de Sor Juana, ¿está empeñado en limpiar la casa? Está tiempo para hacerlo. No es bueno que los empeños de los Pinos apunten a mantener la impunidad. En círculos cercanos al presidente, le sugieren botar a uno que otro secretario. ¿Será? Y como lo expresó Alfonso Zárate en El Universal, del 21 de diciembre del 2016, ¿Graco Ramírez será el próximo Duarte”?

Y ahora si Enrique, es neta. Ya cayó Javier Nava Soria en España, falta Moisés Mansur y Karime Macías principal operadora de la camorra veracruzana y chilanga que saqueo al estado, ¿cuándo?