¿Santa amapolita bendita?

 

Felipe Victoria

 

Como en el ajedrez, al pendiente de las jugadas y movimientos venideros tras el jaque que puso el presidente Enrique Peña Nieto ante la ONU al supuesto combate internacional contra las drogas, en el área específica de la ‘cannabis indica’ o marihuana…

Los consumidores de la hierba por necesidad médica echaron las campanas al vuelo, pero festejaron doble tantos a los que la “juman” encantados por los efectos lúdicos del alcaloide inspirador de artistas, creadores y soñadores.

De momento por lo menos y “de orden superior”, no deberán seguir  viendo a consumidores como viciosos punibles, sino en su justa medida como enfermitos adictos, ya no en calidad de peligrosos delincuentes a los que hay que perseguir con toda la saña de la furia policiaca.

Tantos años de ver como arreció la violencia derivada del tráfico ilegal de la marihuana y el matadero de narcomenudistas que se disputan el mercado cautivo de consumidores en las poblaciones.

La óptica oficial da un giro obligado por decisión del presidente de México, que igual tendrá efectos en la comunidad internacional: no es a quienes por necesidad o placer consumen marihuana a los que hay que perseguir, criminalizar y castigar.

¿Pero cómo quedan quienes la siembran cultivan, procesan, comercializan y exportan?, esos siguen estando fuera de la ley…

El tráfico de marihuana es un súper negocio para los traficantes y una injusticia y explotación infame de los productores, que apenas sacan para irla pasando soportando riesgos, para que los ganones a final de cuentas sean políticos a quienes los malosos patrocinan sus campañas…

Hemos de ver la serie de ajustes en México, tras que Peña Nieto desclasifica como delito el consumo de marihuana, más no su  siembra, cultivo y comercialización, que son pleito diferente que  tendrá que normarse y regularse, por repetitivo que parezca.

Al final no cercano, se avizora que la producción de marihuana será sujeta de imposiciones tributarias para el Fisco, los que saldrán perdiendo son los servidores públicos y funcionarios que obtienen ganancias inmensas por hacerse disimulados y hasta terminan asociados algunas veces…

En tema aparte pero muy relacionado, felicito a Olegario Vázquez Aldir por el buen reportaje de ‘Excélsior’, bastante completo sobre el imperio de la amapola en Guerrero que apareció en el Internet el miércoles pasado.

Recomiendo que los que interesados en conocer de qué lado masca la iguana en Guerrero con la santa florecita endemoniada de la que se mantienen tantísimos guerrerenses se documenten, así entenderán mejor la pionera propuesta valiente de hace unas semanas que hiciera el gobernador Héctor Astudillo Flores para “legalizar” la siembra y cultivo de la amapola, el secreto a voces del que nadie se atrevía a hablar pero hizo millonarios a varios poderosos.

Para que no se queden con las ganas de enterarse transcribiré fragmentos del reportaje de ‘Excélsior’:

“La amapola se ha convertido en el motor económico de, al menos, mil 287 comunidades en Guerrero, de acuerdo a una fuente militar, quien agregó que “las ganancias, tras el cultivo y la cosecha, ascienden a mil 200 millones de pesos.

Sólo en dos regiones del estado se cultiva la mariguana y la amapola: en la Sierra y la Montaña, aunque es en la Sierra donde se da la producción más alta.

Actualmente, Guerrero es el productor número uno en amapola en el país y el segundo a escala nacional de mariguana.

En 2015, el municipio de Coyuca de Catalán, cuyo territorio se extiende por la Tierra Caliente y la Sierra, ocupó el primer lugar en la siembra de amapola, donde la Sedena ubicó mil 134.25 hectáreas sembradas, mismas que fueron destruidas.

Para la gente de la sierra es normal cultivarla, “pues es la base de su economía. Los grupos delictivos llegan a las comunidades —hay mil 287 poblados en la sierra y todos se mantienen de cultivar esta planta— y les piden a los lugareños que siembren amapola o mariguana, les ofrecen comprarles toda la producción y como garantía, les dan un adelanto en efectivo; incluso les dan cursos de cómo cultivar y cosechar el producto.

De cada hectárea sembrada de amapola se producen ocho kilos de goma de opio, con la cual se puede producir un kilo de heroína que, en el mercado, tiene un costo de cuatro millones 500 mil pesos. Los sembradíos se realizan en las tierras comunales. Y como el terreno es de todos, no es posible identificar quién sembró en el lugar; sólo los habitantes del pueblo lo saben”…

-¡Tilín,tilín!-Suena la campanita escolar.

-Maestra Pizarrina, ¿se la rifó el presidente Peña Nieto en la ONU proponiendo descriminalizar el consumo de marihuana?

-Sí chamacos, una propuesta bien aceptada por la comunidad internacional. Como cualquiera otra que busque el cese de la violencia a causa de negocios imposibles de erradicar en ninguna parte. Respeto a los enfermitos que la necesitan para curarse y a los derechos de quienes la disfrutan.

-Ok teacher, pero si la marihuana es muy importante en México no olvidemos en Guerrero a la amapola…

-Ahí ya puso el valiente precedente Héctor Astudillo, casi la mitad de habitantes jodidos del campo andan metidos…si se legaliza se les acaba el negocio a traficantes y por ende la violencia.