• El Instituto Nacional de Migración continúa trasladando al puerto a hondureños, brasileños, haitianos, salvadoreños, para que tramiten una tarjeta de ayuda humanitaria, un trámite que podrían realizar en aquél estado
  • La mayoría quiere ir a la frontera norte o a otros estados del país, porque en Guerrero no hay trabajo, pero no tienen dinero y ahora piden ayuda a la población

Ana Lilia Torres

Este martes llegó otro grupo de migrantes haitianos procedentes de Tapachula, Chiapas, a las oficinas de la delegación del Instituto Nacional de Migración (INM) ubicadas en Acapulco, que aún no ha explicado con precisión por qué no los atienden en la frontera sur de México en lugar de traerlos a Guerrero, donde se convierten en un problema que deben atender las autoridades estatales y municipales.

Los extranjeros de varias nacionalidades que llegaron este martes como parte de la caravana de migrantes, acudieron a las oficinas del INM en el puerto para solicitar la tarjeta de ayuda humanitaria que les permite residir temporalmente en territorio nacional.

Desde el jueves de la semana pasada comenzaron a llegar, grupos de migrantes que intentan seguir su camino hacia la frontera norte para cruzar a Estados Unidos, en busca de condiciones de vida digna que no tienen en sus países.

Sin embargo, ese primer grupo de migrantes, en su mayoría haitianos, literalmente fue botado por el INM en la avenida Cuauhtémoc de Acapulco, donde durmieron a la intemperie, sin comida, por lo que al día siguiente el gobierno del estado tuvo que habilitarles un albergue en la Unidad Deportiva de Renacimiento.

El sábado siguiente llegó otro grupo de hondureños, brasileños, chilenos y haitianos, que también fueron instalados en el refugio habilitado por el gobierno del estado.

En ese lugar, donde les ofrecen alimentos y atención médica, algunos haitianos expresaron que no desean quedarse en Acapulco y que están solicitando apoyo económico para comprar pasajes de autobús que los traslade a la Ciudad de México y encontrar un lugar donde vivir, porque en Acapulco no hay trabajo para poder sobrevivir.

Dijeron estar agradecidos con el apoyo alimentario y alojamiento que les brindan las autoridades, pero se quejaron de que les han estado dando puro pan y ellos no están acostumbrados a ese tipo de alimentos.

El grupo de migrantes permanece de manera indefinida en el albergue que fue habilitado en la Unidad Deportiva Jorge Campos de Ciudad Renacimiento.