* ¿Se tienen que ‘tronar’ cuetes para todo?

Por Alfonso A. Catalán

En México nos cansamos de todo. Qué porque López Obrador se la vive repitiendo la frase anticuada de “me canso, ganso”, copiada de los dichos de los pachucos de 1940 (Germán Valdés, ‘Tin Tan’ lo reflejó en su película Niño Perdido); qué porqué perdieron los Pumas y ganaron, de manera apabullante las Águilas; que Paco Ignacio Taibo II no merece ser titular del Fondo de Cultura Económica debido a su comentario machista; que un deportista que discriminó a los homosexuales no puede ir a justas internacionales o nacionales…etc.
Sin nos vamos a ámbitos locales, se actúa de manera parecida. Ayer el escritor y titular del Departamento de Extensión Educativa de la Secretaria de Educación Guerrero (SEG), Juan Sánchez Andraca, de 80 años de edad, realizó la publicación de otra de sus obras (que ya quisieran tener muchos titulados ‘literatos’) llamada “Una Luz en el Ocaso”. En su obra, contextualizada en el siglo pasado, el autor añade que uno de sus personajes dice que “primero ser homosexual era vergonzoso, después fue normal, después orgullo y que bueno que vamos a morir antes de que sea obligatorio”. Pues esto bastó para que la Agencia Periodística de Información no se lo perdonara, sacara ‘fuera de foco’ un texto que si bien es obra del autor no quiere decir que lo piense y le dieron un nuevo sentido: “Qué bueno que vamos a morir antes de que sea obligatorio ser homosexual”: Sánchez Andraca”, dice su encabezado.
Pero bueno, hablar de lo “políticamente correcto” requiere de otra opinión.
Los mexicanos, pues, nos chocamos de la drogadicción; de que van hacer legal la marihuana, de que se están acabando los recursos, de que las mineras dejan mucha contaminación, que las refinerías no nos van a ayudar como dice “El Viejo Loco” o el “Cabecita de Algodón”…ahhh, pero tranquilos, que se nadie se meta con la explosión estúpida de cuetes que se está dando en gran parte de toda la república porque eso sí está mal.
Tratamos de investigar por qué se les da a casi toda la población por prender estos artefactos explosivos. ¿Por qué…? ¿Hay alguna explicación lógica? Me parece que ninguna. Lo único que pude hallar, que no responde en nada la pregunta pero ayuda a dilucidar otras, es que los españoles —¡benditos sean!—, nos trajeron esta horrible costumbre de quemar objetos pirotécnicos a la menor provocación, y desde el siglo XVI. ¿Pero alguna explicación teológica? Para nada.
Pero no se preocupen, mexicano que se respeta disfruta estas explosiones, no importa si los que los realizan se mueren en cierto número de años en diferentes estados; si lo hacen en casi toda festividad religiosa o festiva (el 15 de septiembre), mientras a ellos les produzca alegría, fomenten su relajo y demás, todo bien.
Porque, qué importa si se contamina a cada rato el mundo en el que vive. ¡No!, eso no preocupa… es lo de menos. Lo mejor es festejarle a la virgencita, salir, como aquí en Chilpancingo y comenzar a prenderle fuego a todo cuete que haya, a los llamados “toritos”.
Es tradición…eso dicen…
Igual ya habrá tiempo para actuar todo el resto del año como alguien consciente y que esté en contra de la contaminación. (armando16cat@outlook.com)