Primera parte

Sadyhel Astudillo

Vivimos tiempos en los que la “interacción social” se da principalmente por medios electrónicos, ya sea en foros, redes sociales, aplicaciones y un extenso etcétera. Sin embargo, estas interacciones ya no se limitan a ser pláticas con amigos, búsqueda y discusión de temas en común o temas de cotilleo; de varios años a la fecha los temas “discutidos y comentados” en internet han pasado de volverse cotidianos e informales a ser temas de actualidad, noticias recientes o incluso en directo, así como temas de diversa índole como economía, ciencias, sociales y política. Por lo tanto, el navegar en internet y estar al pendiente de este ya no es un tema de “chavos” si no que cualquier persona, sin importar como se desenvuelva en la sociedad debe de saber manejar.
Lamentablemente las páginas electrónicas que se popularizan gracias al internet no pueden ser del todo confiables (tampoco las telecomunicaciones, pero ese es tema aparte) y esto es debido a la enorme facilidad con la cual se puede tergiversar la información y sacar de contexto cualquier tema.
Supongamos que se toma una fotografía a una persona en el centro de una ciudad, que expresa una actitud molesta y en posición de que va a arrojar algún objeto. Alguien puede divulgarla argumentando que es una manifestación en contra del alza al precio de la gasolina, otro más puede decir que es un vándalo que está atacando cierta institución pública o centro comercial y así pueden seguir los ejemplos; cabe agregar que aún se puede editar el lugar y la hora, argumentando que fue una protesta hecha días anteriores y que se realizó en tal o cual estado. Y todo esto para que la fotografía en realidad fuera de un actor callejero o algo completamente distinto. En estos casos los únicos que saben la verdad y pueden sacarla a relucir son los que estuvieron presentes en el momento en que se tomó la fotografía, pero si no se llegan a enterar de la historia que se contó alrededor de ella, no podrán desmentirla.
Hasta aquí todo tranquilo podemos pensar, quizá muchas páginas y blogs viven de eso, de exagerar o malversar los hechos y alguien bien informado podría no caer en sus falsas noticias (fake news, como se le conoce). Si bien ese argumento es válido, pero debemos de tener presente que, no todas las personas están al día y que algunas solo le “echan un ojo” a las redes sociales solo unos minutos al día para empaparse de lo más reciente, es ahí donde inician los problemas.
Retomemos el ejemplo anterior de la fotografía y que la versión en la que es una manifestación en contra de cierta persona sea la que se volvió viral, entonces ocurre lo que versa el dicho: si dices una mentira varias veces entones se vuelve verdad. Cuando la mayoría de las personas piensen que esa es la verdad de los hechos pueden suceder varias cosas. En primera instancia es que se busque y reprenda a la persona de la fotografía sin que haya hecho nada, en segundo es que grupos de gente ataquen virtual o presencialmente a la persona contra la que estaban en la falsa manifestación. Es en esos casos cuando los verdaderos pormenores de esas fake news salen a relucir.
Esta es pues una atenta invitación a leer y meditar antes de compartir, a no crear noticias falsas y difundirlas solo por el hecho de desacreditar a alguien. Las redes sociales en particular y el internet en general son un “campo minado” donde por cualquier mínimo error se puede desatar una tormenta, entonces aportemos nuestro granito de arena para que este se vuelva un terreno más neutral y bien encausado, démosle buen uso a la velocidad y la falta de fronteras que el internet nos provee.
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