Isidro Bautista

 

Es lamentable que en muchos casos, por un lado, nadie salga al paso cuando fustigan al gobierno del estado, inclusive a su titular, cuando existen argumentos de defensa suficientes.

También lo es porque no se le respalda, a veces, ni en lo mínimo, por las obras y acciones que ha emprendido, y que no saltan tanto a la vista, debido a que son opacadas, cierto, por el clima de violencia o inseguridad en que se ha encontrado el país, con Guerrero, claro, incluido.

El domingo pasado el propio gobernador Héctor Astudillo Flores, en Huamuxtitlán y Copanatoyac, anunció una inversión de cien millones de pesos en beneficio de ambos municipios, ubicados en la Montaña. Presumió que “somos el gobierno que más veces ha estado presente” en esa región.

El lunes anterior informó que el ciclo escolar fue iniciado en el 99 por ciento de las escuelas, contra lo que pudiera pensarse en el sentido de que el clima de violencia ocasionara el regreso a clases de un menor número de alumnos y docentes, como se ha llegado a ver en esta entidad federativa.

Este martes aseguró que “Guerrero ha recibido a más de 20 millones de turistas que han generado una derrama económica superior a los 87 mil millones de pesos, además de incrementar de 8 a 64 el arribo de cruceros para este año, y recuperar 15 nuevos vuelos directos para Acapulco y Zihuatanejo, logrando obtener cifras record en ocupación hotelera en cada temporada vacacional”.

Estuvo en gira de trabajo por la Montaña, pues, en pleno fin de semana.

Ahora —atajó— “en el país, el tema de la inseguridad es un asunto muy grave, pero no hay que dejarlo de enfrentar todos los días con una gran determinación, aunque lo insulten a uno los malosos. Eso no importa. Por algo lo insultan a uno. Yo prefiero que me insulten los malosos a que me echen aplausos los malosos. Por eso seguimos firmes”, afirmó.

Abundó: “no nos detendremos, a pesar de las necesidades presupuestales para dotar al pueblo de Guerrero de la seguridad necesaria”.

Hasta cierto punto habrá que reflexionar si muchos de los funcionarios de su gabinete, ya no tanto que lo defiendan, porque es posible que él solo pueda y deba hacerlo en determinados casos, pero sí hacer más eco de las obras y acciones que emprende su gobierno.

Cada vez que viene a Guerrero, Beatriz Mojica, secretaria general del PRD, lo descalifica sin argumentos suficientes, en un ardid, a simple vista electorero.

Hay quienes afirman que muchos funcionarios prefieren no salir de su zona de confort. Están contentos con el salario, y se la llevan nadando como de a muertito.

El obispo de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, en plena misa, dijo: “Cuando las personas se hacen del lado de la justicia, de los derechos humanos, a veces son muy señaladas. Cuando levantamos una voz distinta, una voz diversa, una voz que no se acomoda a ciertos políticos, entonces esas voces son acalladas por medio de la misma prensa o por medio de la privación de la vida”.

También señaló la necesidad de “cultivar más el amor y respeto por la vida” porque en Guerrero “la gente es bravía”. “De que son peleoneros, son”.

Evencio Romero Sotelo, líder campesino y ex diputado local, le contestó, y le contestó bien, con toda oportunidad.

Se pudo haber contestado desde otros lados, porque ¿a poco sí cuando levantamos una voz distinta, una voz diversa, una voz que no se acomoda a ciertos políticos, entonces esas voces son acalladas?

Y todavía el ministro católico se atrevió a sembrar terror cuando aseguró que en Chilpancingo habrá más violencia, en vez de “cultivar más el amor y el respeto por la vida”. Por algo se vino casi expulsado del estado de Hidalgo.

Dicen que el que calla otorga. En tanto, Andrés Manuel López Obrador sigue creciendo con Morena, en particular en Guerrero. isidro_bautista@hotmail.com