* Los profesores de la CETEG y el SUSPEG se quejaron por la acción de los uniformados

 

Jesús Saavedra

 

Unos 60 policías antimotines replegaron con gases lacrimógenos a unos 200 maestros de la CETEG y del SUSPEG que habían cerrado  las oficinas de gobierno ubicadas en el edificio Juan Álvarez, en el centro de esta capital, lo que dejó como saldo varias docenas de maestros y transeúntes intoxicados. Esta acción fue calificada por los manifestantes como “excesiva”.

Este martes, docentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) y de la sección XVIII del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), llegaron a ese inmueble que se encuentra en la calle Juan Ruíz de Alarcón, a una cuadra del zócalo, para cerrarlo por unas tres horas como parte de sus protestas en contra de la Reforma Educativa.

Otro grupo realizó una acción similar en las oficinas de la Subsecretaría de Finanzas que se encuentran en la colonia Universal, las oficinas alternas de Educación Básica en la colonia Tribuna Nacional y el Departamento Jurídico de la Secretaría de Educación Guerrero, de manera simultánea.

Al edificio Álvarez los manifestantes llegaron a las 9 de la mañana y desalojaron a los trabajadores del gobierno del estado que ahí laboran, pero media hora más tarde llegaron una veintena de policías con equipo anti motín y pidieron a los profesores que quitaran su protesta.

Los policías replegaron a las manifestantes hacia la calle 16 de septiembre y se generó una discusión que derivó en la decisión de los policías de desalojar con extintores con gas para incendios y posteriormente con gases lacrimógenos, logrando que los manifestantes se dispersaran.

La acción de los uniformados afectó a transeúntes y trabajadores de negocios comerciales que se encuentran alrededor de ese edificio público, e incluso algunos negocios prefirieron cerrar sus cortinas.

Otro contingente de policías llegó al lugar por la parte de atrás del edificio e ingresaron por 16 de septiembre y se dirigieron hacia los manifestantes que aún quedaban en el lugar y la camioneta de la avanzada de la protesta, contra la que arremetieron y de nueva cuenta utilizaron gases lacrimógenos.

Los uniformados colocaron dos vallas sobre 5 de mayo y 16 de septiembre, donde recibieron insultos y reclamos de los manifestantes, quienes les reclamaron que “así se pusieran con los delincuentes que andan en la calle matando personas, son unos cobardes”.

Más tarde arribaron visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero, a quienes los maestros relataron los hechos y se vivieron momentos de tensión entre manifestantes y policías.

Ahí la dirigente de la Sección XVIII del SUSPEG, Adela Radilla, acusó directamente al encargado del operativo de que cuando llegaron al lugar les empezaron a insultar y a decirle “los vamos a desaparecer cabrones por andar de revoltosos” y pidió a los visitadores de la CDHEG dejar eso como antecedente por lo que pudiese pasarles a los manifestantes.

Con el pasar de los minutos los ánimos se tranquilizaron y las manifestantes de retiraron del lugar en una marcha hacia el campamento de la CETEG que se encuentra al sur de esta ciudad y se recuperó la normalidad en esa parte del centro de la capital.