Alondra García

 

Hacinamiento, medicinas caducadas, condiciones insalubres y falta de personal médico son los problemas que prevalecen en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Ayutla de Los Libres, en la región Costa Chica.

La mañana de ayer, personal de la Secretaría de Salud estatal, de la Comisión de Derechos Humanos (Codehum) y de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) visitaron este reclusorio, con la finalidad de supervisar las condiciones sanitarias y la situación jurídica de los internos.

El director del Cereso, Eduardo Patricio Hernández, informó que hay 100 personas recluidas, entre ellos 99 hombres y una mujer.

La capacidad del penal es de apenas 40 reclusos, por lo que viven en condiciones de hacinamiento. Además, una de las celdas se destina de manera exclusiva para la única mujer interna.

Según la estadística, el Cereso de Ayutla funciona a un 250 por ciento de su capacidad. Los reos duermen en una serie de literas improvisadas que llegan casi al techo de las celdas.

Para mantener el orden en este reclusorio saturado de internos hay 15 custodios, 12 hombres y tres mujeres.

Sin embargo, ahora están menos apretados que hace poco menos de un año. El 17 de septiembre de 2015, cuando entró en funciones el actual director, Eduardo Patricio Hernández, había 150 reos en un espacio diseñado para 40.

En ese entonces, el Cereso estaba a un 375 por ciento de su capacidad. Con el paso de los meses, 50 presos obtuvieron su libertad.

De los 100 internos que quedan, 68 ya fueron sentenciados y 32 están en calidad de procesados. En lo que respecta a población indígena, hay 19 mixtecos y nueve tlapanecos, dando un total de 28 reclusos de origen étnico.

Los visitadores de la Codehum brindaron cinco asesorías a los internos que lo solicitaron, quienes manifestaron su preocupación por el trámite en sus procesos penales. La visitadora Violeta Parra Reynada tomó los datos para dar seguimiento a los casos.

Sin embargo, no todo es malo dentro del penal de Ayutla. Según informó el director, 22 internos reciben clases impartidas por maestras del Instituto Estatal de Educación para Jóvenes y Adultos de Guerrero (IEEJAG), de los cuales ocho estudian primaria, seis secundaria y seis preparatoria.

CONDICIONES INSALUBRES

En lo que respecta al área de comedor, el Jefe de Asesoría y Seguimiento Jurídico de la Secretaría de Salud de Guerrero, Aristeo Bernardino Reyes aventura y los verificadores sanitarios Filiberto Aponte Bustos y Alejandro Chávez Aguirre encontraron las siguientes carencias: lavabo y agua corriente.

También determinaron que se necesita rehabilitación en la barra de lavado y desinfección de verduras, que está construida con cemento y sin ningún recubrimiento higiénico especial.

En la verificación observaron corrosión en las parrillas de la estufa y presencia de fauna nociva en la cocina, principalmente cucarachas.

El personal de la Secretaría de Salud realizó la verificación de cloro en la cisterna que abastece de agua al reclusorio y constató la nula utilización de este químico. Por ello, le entregaron al director del reclusorio un kit para que puedan realizar las determinaciones de cloro subsecuentes y garantizar que el agua que utilizan los internos es apta para uso humano.

En materia de atención médica, el Cereso cuenta con un solo botiquín con medicamentos, que se ubica a un costado de la oficina del director, varios de ellos vencidos desde 2015.

Se encontró también que el penal de Ayutla de los Libres no cuenta con un consultorio, ni con médicos y enfermeras. En caso de una emergencia, requieren del apoyo de la Policía Municipal para trasladar a los enfermos.

En el informe final, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos indicó que hará las gestiones necesarias ante las instituciones pertinentes, para que se atiendan las carencias que revista este centro de reclusión, con la finalidad de que se brinde una atención adecuada a los enfermos. Vía comunicado, hicieron hincapié en las deficiencias en materia de salud.