* Se impuso la sensatez

* Crear una Guardia Civil

* Vivir sin miedo, el objetivo

 

Jorge VALDEZ REYCEN

 

No hace mucho, una mujer convocó a los medios de comunicación a una conferencia de prensa para anunciarles que era inminente la llegada de un Tsunami en Acapulco. Profetizaba con vehemencia, que los medios debían advertir el peligro a la sociedad… hasta que alguien lúcido descubrió que todo era una mentira. Nadie predice sismos, huracanes… ni tsunamis.

La sensatez se impuso entonces.

Hace unos días, la misma mujer convocó en conferencia de prensa a periodistas para pedir que se pactara la paz con cabecillas de al menos 50 bandas delincuenciales, que extorsionan a comerciantes. El eco informativo fue mundial. Replicó en El País (España), Le Monde (Francia), Financial Times (Inglaterra), BBC (Londres), etcétera. El daño mediático estaba hecho.

Sin embargo, la reunión convocada por aquella mujer no se hizo.

La sensatez se volvió a imponer.

Los graves daños a Acapulco y su imagen, costarán miles de millones de dólares reponerlos. No hay seguro que los cubra. Acapulco está indefenso.

Ante el fracaso estrepitoso de las estrategias de seguridad, planes tácticos, operativos y demás instrumentos de ornato, es tiempo de que la sociedad civil acapulqueña sea convocada por sus autoridades y se emprendan acciones sin precedentes en materia de seguridad.

Con el concurso de la ciudadanía se podrán lograr alternativas para alcanzar restablecer los niveles de sana convivencia, seguridad en escuelas y comercios. En pocas palabras: despertar la conciencia de los aturdidos porteños ante la violencia.

Para tales fines es impostergable aplicar una campaña de despistolización, mediante filtros ciudadanos custodiados por las Bases Operativas Mixtas (BOM). Desde Pie de la Cuesta hasta Barra Vieja. Desde Xolapa hasta Caleta y Caletilla. Detectar las células delictivas e imponer el estado de derecho.

Pero hay una vertiente turística que no puede, ni debe, ser olvidada: crear un escuadrón de Guardianes de la Bahía, donde haya categorías sub 18, sub 20 y sub 21 además de expertos, a quienes deberá reclutarse, capacitarse y pagar muy bien. Dotarlos de lanchas, motos acuáticas, equipo náutico y los más vistosos uniformes para el personal femenino y masculino. En lo moral, enviar un mensaje: rescatar los nombres de dos héroes, dos leyendas del mar, cuyos restos descansan en la Rotonda de los Acapulqueños ilustres: Apolonio Castillo Díaz y Clemente Mejía Ávila. En su honor, crear dichos escuadrones.

Se tiene que sacudir la conciencia de todos los acapulqueños. Decirles que no tenemos otro sitio dónde vivir. Que no podemos acostumbrarnos a ocurrencias locuaces, temerarias, como tampoco a vivir entre balaceras.

Las autoridades federales no han tenido la firmeza de colocar filtros para revisar que nadie porte armas. Pero no es todo: en los medios se debe promover en todo el mundo el rescate del paraíso perdido, el retorno de los días apacibles junto al mar y que sea un lugar donde las armas estén prohibidas. Cero armas… Y cuando se decomisen, con el fierro y acero se hagan monumentos por la paz, y estatuas para los héroes de carne y hueso que han caído en la lucha por dignificar Acapulco y rescatar la vida costeña en paz.

Si hubo una mujer, a la que se le ocurrió que venía un Tsunami contra Acapulco y pronosticaba muertes, desolación, destrucción, en su febril mente. También debe ocurrir otra idea donde una Guardia Civil de Acapulco integrada por acapulqueños rescate su propia casa, recupere su vida habitual y sus hijos acudan a torneos playeros entre colonias, en un estadio de futbol playero en la playa Tamarindos.

Hacen falta ideas. Falta ahora que se cumplan. La idea principal es vivir sin miedo.

Los acapulqueños vivimos en un paraíso que nos quieren robar, despojar. No lo permitamos. La gente tiene miedo y se paraliza. Nadie quiere participar. Y eso debe revertirse.

Acapulco es mi casa… y la tuya, también!

Nos leemos mañana… SIN MEDIAS TINTAS.