FELIPE VICTORIA

 

Quisiéramos hablar de lo bueno

 

Ya ni asombran las broncas entre alcaldes que llegan contra los que se fueron, pues los argumentos son parecidos.

Uno de los rubros impagables es por laudos laborales, con que los ayuntamientos son condenados a reinstalar personas despedidas, pagar salarios caídos o jugosas indemnizaciones.

Zeferino Torreblanca echó pestes en 1999 contra Manuel Añorve Baños, después Alberto López Rosas fue más discreto, pero llegó Félix Salgado a querer comérselo vivo; regresó Añorve alegando malos manejos del “Toro sin cerca” y entrado Luis Walton Aburto mencionó un desfalco de 2 mil 400 millones de pesos, pero en octubre pasado Evodio Velázquez Aguirre acusó de lo mismo al empresario porteño, pero nunca pasaron todos de meros rounds de sombra.

¿Cuánto cuesta una campaña para convertirse en alcaldes? ¿De dónde, cómo y con quienes, y bajo cuáles condiciones consiguen el patrocinio necesario?

En Iguala ya se supo de donde salieron los recursos que utilizó José Luis Abarca Velázquez y los que pensaba aplicar su mujer Ángeles Pineda Villa, pero se les atravesaron los vándalos ayotzinapos robándose un camión cargado de drogas, lo que motivó un feroz escarmiento de parte del cartel de amapoleros, incidente que utilizaron para tumbar al gobernador Ángel Aguirre y enchincharle la borrega al presidente Peña Nieto, generando protestas de que sacan jugo algunos vivales manipulando a los padres de los estudiantes desaparecidos.

Quizá termine pronto la parodia, indemnizando a los padres de los normalistas victimados por andar delinquiendo en pandilla fuera de su escuela en Iguala, la noche del viernes 26 de septiembre de 2014; todo está que los vivales que se asumieron como asesores, acepten lo que a ellos les quieren dar para que suspendan las movilizaciones hasta paseando en el extranjero.

Recuerdo que cuando la masacre de Aguas Blancas de inmediato se indemnizó a las viudas y huérfanos, pero brincó el abogado José Sánchez exigiendo dinero cada aniversario durante dos décadas.

Lamentablemente que muchos no toman en cuenta la historia reciente para no cometer los mismos errores evitando tropiezos; hay algunos alcaldes que ya se sueñan reelectos y en campaña por la gubernatura para 2021.

Recuerdo a un guerrerense oriundo de Tecpan, que se fue a probar suerte a Chiapas con la explotación de madera y se pasó al lejano Quintana Roo avecindándose en Cancún, donde fueron acapulqueños los primeros trabajadores del turismo, tumbándole clientela internacional al mágico Acapulco.

Para conquistar la alcaldía cancunense, Greg Sánchez Martínez tras cambiar de esposa consiguiendo un médico cirujana cubana, Niurka Salva, pidió prestados algo así de diez millones de dólares, pero cometió la estupidez de firmar y avalar pagarés a sus prestanombres. Por andar con castillos en el aire codiciando la gubernatura,  postergó cubrir puntualmente su adeudo.

Requerido del pago, le salió al acreedor quirografario con que necesitaría otro préstamo mayor, porque se compraría la gubernatura de Quintana Roo apalabrado con “Los Chuchos” del PRD.

No hizo caso de advertencias y hasta se accidentó el avión que utilizaba para su campaña, y le asesinaron al General Quiñonez que apenas comenzaría como jefe de la policía.

Las mañas no regalan dinero, más bien invierten en quienes calculan que si llegarán a cargos donde les puedan pagar con dinero y darles concesiones productivas y cargos públicos estratégicos.

En el caso de Gregg Sánchez, sus acreedores optaron por endosarle en procuración los pagarés al famosísimo abogado Javier Coello Trejo, que se encargaría de lograr el pago o de encarcelar al de Tecpan, alucinado con gobernar Quintana Roo.

El alcalde cedió en la protección a los habitantes, permitiendo la extorsión al sector productivo de Cancún a cuenta de intereses, no de la deuda principal.

No le dieron chance a que se le hiciera la gubernatura y “le dieron cuello”, mandándolo a prisión en plena campaña.

La buena imagen de los paraísos turísticos mundiales en mucho depende de que no salga a la luz la cloaca interna entre mafias, ni se conozca de violencia o de inseguridad donde viven los que atienden a los visitantes.

¿Alguna vez ha escuchado usted de asaltitos o muertos en Las Vegas, Nevada, en los USA?, por supuesto que allá tienen bajo control todo y difícilmente se les escaparía alguna nota roja, pero eso no significa que no sucedan cosas feas como en todas partes.

De Cancún sí llegan a saberse episodios negros de políticos encumbrados como el “Niño Verde”, dueño de un partido político, y de artistas o deportistas; pero los lugareños están “educados” para no hablar de las cosas de que no deben enterarse los turistas, porque la ropa sucia se debe lavar en casa. ¡Así de simple!

¿Aprenderemos la lección los acapulqueños como sugiere Héctor Astudillo Flores?

En lugar de entender el mensaje se le fueron a la yugular alegando una supuesta ley mordaza, con tal de hacerse notar por la atribulada directora de Comunicación Social, Erika Lührs, obligada a cuidar a su jefe directo el gobernador Astudillo.

Los “ogetegistas” ya volvieron a las andadas con sus bloqueos carreteros y vandalizando instalaciones, impidiendo el orden y la paz.

Ojalá los medios dieran la buena noticia de que detengan en flagrancia a los lidercillos y festinar que por fin se comienzan a aplicar las leyes con energía en Guerrero.