* Video en youtube exhibe trapacerías
* Tlachinollan: manipulación del dolor
* Vildulfo Rosales se queja de campaña
JORGE VALDEZ REYCEN
Tlachinollan se apartó de su misión como Centro de Defensor de Derechos Humanos de indígenas. Abrazó otra causa, distinta a su vocación activista. Ahora se descubre un uso lucrativo de una defensoría jurídica, a través del abogado cuestionado en su honestidad, Vidulfo Rosales Sierra.
La manipulación jurídica de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, ha transitado por vericuetos donde ellos se asumen como víctimas del Estado mexicano, a quien acusan y responsabilizan de todos sus males, como lo deja entrever un escrito firmado por ese organismo.
En el recuadro de la tragedia, un video del portal de youtube desnuda la corrupción y los nexos de un grupo criminal con uno de los padres, donde se involucra Vidulfo. En defensa, aducen que se trata de una campaña de descrédito y desprestigio (sic).
Se viven días de definiciones, donde el GIEI por fin tuvo un poquito de decencia en deslindarse de sus bribonadas, aunque no puede porque tiene acuerdos por escrito que obligan a los extranjeros a concluir un trabajo inconcluso, irrespetuoso, carente de veracidad y con dolo de agraviar más aún a los mexicanos que siguen de cerca esta tragedia.
Un vocero de los padres de familia que no es padre de ninguno de los 43 desaparecidos, es la otra cara de las incógnitas nunca explicadas. Vidulfo Rosales, que pudo evitar la tragedia de Iguala, cuando en mayo de 2013 exigió la libertad de al menos 60 estudiantes que ordeñaban trailers en la carretera federal México-Acapulco en el crucero de Casa Verde. Vidulfo los liberó de la PGJE y luego encabezó una lluvia de petardos y cohetones contra el inmueble en la madrugada cuando se iban a su escuela en Ayotzinapa.
La miopía de Vidulfo es que no ve el vandalismo de sus defendidos. No le consta los bloqueos, ordeñas de tractocamiones, secuestro de autobuses… los justifica. ¿Cómo puede alguien decir que su prestigio es víctima de campañas, cuando no impidió actos ilegales y la comisión de ilícitos?
Vildulfo es un pícaro bribón, vestido con piel de oveja. Su trabajo está cuestionado, es dudoso de profesionalismo. Y ahora en un video lo tachan de corrupto.
La politización ha sido su estrategia. Ir a la Corte Internacional de La Haya, a la ONU, a la OEA, a la Unión Europea tiene un fin específico de culpar al régimen de Enrique Peña Nieto de una tragedia consumada por un grupo delincuencial y cuyos líderes ya bajo proceso penal admitieron haberlos secuestrado, asesinado e incinerado, para después arrojar sus cenizas a un río cercano al basurero de Cocula.
Eso no es cierto, dicen. Son mentiras, gritan.
La verdad la tienen todos. La culpa la tienen los padres, por permitir a sus hijos ser llevados como carne de cañón por mercenarios activistas, que les exigieron como parte de su “educación” de primer año, raparse el cráneo y participar con ferocidad y violencia en tomas de casetas, ordeña de camiones y bloqueo de carreteras.
No dicen nada de su irreparable omisión y tampoco reclaman a nadie que los obligó a secuestrar autobuses para abandonar su centro de estudios e ir a una zona dominada por el narcotráfico y sus grupos en pugna.
Vidulfo lo sabía y no dijo nada. Tampoco Tlachinollan dijo nada. El director de ornato, menos. Nadie dijo nada… Hoy se revuelcan en su dolor de culpables por permitir tantas cosas. La tragedia se pudo evitar. Y nadie dijo nada…. Nos leemos SIN MEDIAS TINTAS.
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