Razones para el gane del PRI en Tixtla

 

Noé Mondragón

 

Jesús Pastenes Hernández, fue el último alcalde de la vieja era priísta en el municipio de Tixtla. Gobernó de 1996 a 1999. Y fue tan malo su desempeñó, que los tixtlecos le dieron la confianza por primera vez, al PRD. Arribó Jorge Vargas Alcaraz, para el periodo 1999-2002. Justo 20 días antes de terminar su gestión, fue desaforado por el Congreso local, quien le endosó visibles actos de corrupción. Como consecuencia de lo anterior, el PRI regresó al poder municipal en la elección de 2002, con el empresario Edgardo Astudillo Morales. Gestionó mucha obra. Le metió mucho empeño a su administración. Pero la coyuntura de la elección de octubre de 2005 –muy fresca la alternancia perredista en el gobierno estatal, con Carlos Zeferino Torreblanca-, no le ayudó. Así que la comuna tixtleca regresó al PRD. Esta vez con Rogelio Nava Peralta, quien gobernó de 2005 a 2008. En el camino dejó tirado al priísta Jorge Luis Campos Espíritu, un personaje que, pese a su derrota, no cejó en su intento de encumbrarse como alcalde. Lo hizo en la elección de 2008. Al concluir su periodo en 2012, fue acusado de traidor por mucha militancia tricolor y de haber apoyado soterradamente, al candidato perredista, Gustavo Adolfo Alcaraz Abarca, quien efectivamente, ganó esa elección. Gobernó muy mal esa comuna. La recurrente queja de la corrupción lo persiguió incansable, hasta el final de su atropellado trienio. Y en este contexto se realizará la elección extraordinaria en Tixtla, el próximo domingo 29 de noviembre. De ahí se abren las lecturas.

POR EQUILIBRIO, LE TOCA AL PRI.- En el municipio de Tixtla, la alternancia partidista se ha dado sin interrupciones en los últimos cinco periodos municipales. Es por así decirlo, uno de los más democráticos de la entidad. Así y desde la elección local de 1999, todas las administraciones municipales han pasado indistintamente, del PRI al PRD. Y también viceversa. Por el juego natural de ese péndulo, que comenzó a ondular desde hace 16 años, esta vez la alcaldía le tocaría al PRI. Las señales son muy obvias en ese sentido: 1.- Por el desgaste y las exigencias de los ciudadanos tixtlecos que son muy dados a involucrarse de cerca con el desempeño y la gestión de sus autoridades municipales -por ser una ciudad pequeña-, el PRD no tendría ventaja alguna para ganar la elección con el candidato de la alianza PRD-PT-PAN, Hossein Nabor Guillén. En cierto modo, los ciudadanos ya le enviaron ese mensaje en la pasada elección del 7 de junio, cuando ganó el priísta y cuadro político del ex dirigente estatal del PRI y actual diputado local, Cuauhtémoc Salgado Romero, pero sobre todo, pariente del actual gobernador, Saúl Nava Astudillo. La lógica es simple: si el PRI ganó cuando todavía despachaba como gobernante un perredista –Rogelio Ortega-, no se ve como no pueda refrendar ese triunfo, teniendo a favor un gobernador priísta recién estrenado en el cargo. Los del PRD ya se dieron cuenta de esa doble desventaja que arrastran. Y por eso le están echando toda la leña al asador. Acusando por anticipado a los tricolores. 2.- La factura por cobrarse, la adeuda el PRD. Gustavo Alcaraz Abarca, fue polémico durante su gestión. En marzo de 2013, se ubicó a su medio hermano, José Luis Ortega Abarca La Gringa, como miembro de un grupo de la delincuencia organizada que operaba en Tixtla. Alcaraz Abarca se deslindó de su consanguíneo: “Me gustaría que lo cite la Procuraduría y si es culpable en algo, que sea la autoridad competente quien lo juzgue”. Sin embargo, Ortega Abarca fue arteramente asesinado la noche del 25 de enero de 2015. Pero el escándalo ahí quedó. Y al final, serán los votantes quienes el próximo domingo decidan si le refrendan su confianza al PRD. O de plano, se la quitan.

HOJEADAS DE PÁGINAS…La incompetencia de las autoridades estatales es tal, que se mide no solo con el cierre de escuelas en la sierra de Polixtepec y en Acapulco, por temor a la operación de la delincuencia organizada; sino que también se cierran otras, por la amenaza de un tigre –Ankor- que se escapó de un zoológico privado en el municipio de Coyuca de Benítez. Y que lleva más de un mes asolando a esa región. Doble miedo, doble incompetencia.