* El responsable de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa pidió que el gobierno les aplique la ley a civiles armados que irrumpieron con violencia en Filo de Caballos desde el 11 de noviembre, y acusó que el Ejército no hace nada para frenarlos

JESÚS SAAVEDRA

Además de expresar su desacuerdo con la decisión de crear una Guardia Nacional con elementos del Ejército y la Marina, porque la seguridad pública debe ser responsabilidad de “autoridades civiles”, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, denunció que los civiles armados que “invadieron” varias comunidades de Leonardo Bravo hace 3 semanas, están al servicio de un grupo del crimen organizado, por lo que exigió se “les aplique la Ley”.
En declaraciones que hizo ayer, el jerarca católico precisó que quienes irrumpieron el pasado 11 de noviembre en la comunidad de Filo de Caballos, “no son policías comunitarios como se asumen y han afectado a centenares de familias que han sido desplazadas de manera obligatoria”.
Rangel Mendoza dijo que hasta este domingo seguía recibiendo reportes de balaceras en las comunidades de La Laguna, El Mirabal, Los Morros, Campo de Aviación, Tres Cruces y Filo de Caballos.
“Desgraciadamente las cosas siguen difíciles en la Sierra, me siguen reportando balaceras; en Los Morros habían pedido seguridad y reportan que siguen balaceando las casas. Antier repartieron Prospera en Chichihualco, algunos aprovecharon para subir a la Sierra y al llegar a sus casas fueron balaceados”, aseguró.
El obispo denunció que militares y policías “no hacen gran cosa por detener las balaceras, dicen que no quieren intervenir para no crear más problemas, pero creo que de alguna manera deben intervenir y dejar regresar a las personas”.
Afirmó que el domingo “me llamaron para informarme que estaban balaceando las casas en Morros, en la nariz del Ejército y (de la policía) del Estado. Si saben de dónde vienen los balazos no es defensa propia y es donde los deben perseguir y donde veo poca voluntad de las autoridades”.
Rangel Mendoza dijo que las familias desplazadas “tienen derecho a regresar a sus comunidades y vivir en sus casas, si el otro grupo invadió esas seis comunidades, creo que el gobierno debe hacer un esfuerzo por hacer que se retiren, en este caso a Tlacotepec”.
Y luego aseguró que “los llamados policías comunitarios (que irrumpieron en comunidades de Leonardo Bravo) no lo son, sabemos que están al servicio de los narcotraficantes ¿Qué tienen que hacer habitantes de Teloloapan, de Apaxtla, de Cocula, de San Miguel Totolapan? Ahí hay otra intención”, especuló el obispo que en diversas ocasiones ha admitido que conoce a los líderes de grupos delictivos que operan en la Sierra.
Consideró que “es aquí donde el gobierno debe aplicar la ley, cualquiera que infrinja la ley en su comunidad, que se le aplique la ley; no se está aplicando la ley”.
Citó como ejemplo que si en Filo de Caballos “hay narcotraficantes que están asaltando las urnas o están robando, que los agarren y los detengan; he hablado con gente de más arriba y sobre los desplazados simplemente dicen que se vayan a otro lugar, es como si a los habitantes de Chilpancingo los corrieran a otro lugar, aquí es su casa y no deberían salirse”.
Rangel Mendoza aseguró que trabajaba en “un ideal para que hubiera un pacto de no agresión en estas festividades de fin de año” entre los grupos delictivos, pero “desgraciadamente cuando hablábamos de eso, esas policías invadieron a esas comunidades y espero que en Navidad regresen las familias y estemos en paz; sabemos que los invasores vienen de Teloloapan, Apaxtla, Cocula, de San Miguel Totolapan, que creo se deben retirar y dejar a esas familias en paz”.

En desacuerdo con Guardia Nacional de AMLO

Por otro lado, el obispo dejó en claro su oposición a la decisión del presidente, Andrés Manuel López Obrador, de crear una Guardia Civil integrada por policías militares y navales, porque la estrategia de Seguridad deberá descansar en manos civiles y no de las fuerzas armadas.
Señaló que “el deber del cuidado ciudadano es de las autoridades civiles, no militares; el Ejército tiene una función muy clara que es defender la patria, y no estaré de acuerdo que a los militares se les den tareas civiles”.
Reiteró que “no concuerdo” con la decisión del presidente y confió que “ojalá eso se pudiera arreglar como cuando se aprobó la Ley de Seguridad Interior; zapatero a tus zapatos y cada quien cumpla, y no tengamos un discurso doble. La seguridad nacional es asunto de seguridad nacional, y la seguridad civil es de los civiles”, insistió.
Respecto a las expectativas que ha generado el nuevo gobierno, Rangel Mendoza dijo que López Obrador “ha sembrado mucha esperanza en muchos de nosotros, ahora que tomó posesión como presidente lo ha dicho claramente, que el principal foco que van a atacar es la corrupción, que primero tendrían que ser los pobres, los estudiantes, los indígenas que llevan 500 años de rezago”.
Dijo que le dio mucho gusto “que hablara de las partes más marginadas de México, entre ellas la Sierra donde pondrían mayor atención, es un ideal hermosísimo que ojalá lo lleguen a realizar, no lo hará todo él solo, necesita del pueblo donde todos debemos participar y ayudar en esa transformación”.