* Así resolvió el gobierno municipal la peor crisis de este tipo que haya registrado Chilpancingo en su historia reciente

 

ALONDRA GARCÍA

 

Luego de cinco días de crisis, el gobierno municipal de Chilpancingo consiguió un predio para depositar temporalmente las cientos de toneladas de basura inundaron la capital del estado.

Este jueves se cumplieron cinco días desde que los pepenadores y los choferes de “la basura jefa” tomaron el zócalo capitalino y estacionaron ahí 90 camionetas cargadas de desechos.

Por la mañana, fue necesario que varios trabajadores del ayuntamiento se dieran a la tarea de esparcir cal sobre las camionetas y a lo largo y ancho del zócalo, para matar los gusanos que comenzaron a desbordarse de los vehículos y para cubrir un poco la pestilencia a putrefacción que manaba de las bolsas de basura y de las cajas con vísceras y cueros de animales muertos.

Debido al calor, para las dos de la tarde el olor resultaba insoportable y las ráfagas de viento hacían volar la cal hacia los ojos y boca de los capitalinos que atravesaban la plancha del zócalo y que trataban, sin éxito, de cubrirse el rostro con las manos o algún pañuelo para no ingerir la cal pestilente.

La solución temporal a la crisis de la basura llegó a las 2:30 de la tarde. El alcalde Marco Antonio Leyva Mena dispuso de un terreno de su propiedad, ubicado en el Cerro del Huiteco, cerca del punto conocido como Las Antenas.

Varias camionetas cargadas de basura salieron con dirección al predio para averiguar si las condiciones del terreno les permitían llegar al lugar.

Tomaron la carretera federal a Tixtla y un par de minutos después se desviaron a la izquierda por un camino empedrado. Avanzaron cuesta arriba de uno en uno para no caer en los voladeros. Después el camino se volvió de terracería.

Después hubo que cruzar la puerta de un cerco de alambre y comenzar a descender. Medio kilómetro abajo, encontraron el lugar que se destinaría como tiradero temporal de desechos sólidos.

Las camionetitas de “la basura jefa” comenzaron a descargar las bolsas pestilentes. También llegaron vehículos de Servicios Públicos e Imagen Urbana que fueron habilitados para acarrear desechos en medio de la peor crisis de basura que ha vivido Chilpancingo en su historia reciente.

Atrás, a medio camino, se quedaron varadas unas 10 camionetas de “la basura jefa” porque se les terminó la gasolina.

A las cuatro de la tarde llegaron al basurero improvisado el secretario particular del alcalde, Fabián Yáñez García, y el subsecretario de Planeación del Ayuntamiento.

Varios choferes de “la basura jefa” manifestaron su temor ante las condiciones del camino y lo retirado del nuevo tiradero temporal.

Sin embargo, reconocieron que difícilmente encontrarían otro lugar dónde pudieran descargar la basura sin ocasionar molestia ciudadana.

“Esto es temporal, unos cuantos días nada más. El alcalde ya está negociando con la gente de Zumpango”, respondió Yáñez García.

Durante 10 minutos, los choferes hablaron y reflexionaron. Finalmente, accedieron a utilizar el predio del alcalde Marco Antonio Leyva Mena como depósito de basura.

Los funcionarios capitalinos lo llamaron “centro de transferencia” y explicaron que la basura sería depositada ahí de manera temporal y que después la llevarían al basurero de Zumpango.

Por la tarde, las camionetas de “la basura jefa” comenzaron a desalojar, poco a poco, la explanada del zócalo capitalino.

Poco antes de oscurecer, varios empleados del municipio se dieron a la tarea de lavar la explanada con el apoyo de escobas y cuatro pipas de agua.

Alrededor de las 8:30 de la noche, las últimas 10 camionetas recolectoras de basura abandonaron la explanada central.