Isidro Bautista

 

El retiro del plantón de la CETEG, instalado en el ex Ineban y zócalo de Chilpancingo desde hace dos años, es, indudablemente, resultado de la capacidad de diálogo del gobernador Héctor Astudillo, como parte de las pláticas sostenidas entre el gobierno federal y el magisterio disidente a nivel nacional en torno de la reforma educativa.

La visita del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el resto del gabinete federal de seguridad, este miércoles, en Acapulco, no es casualidad, sino un reconocimiento al trabajo de su gobierno, que el jueves próximo cumplirá el primer año de ejercicio.

Dos años de plantón, uno de los cuales le tocó a Rogelio Ortega Martínez, entonces gobernador, el mismo tiempo que le correspondió a Astudillo en el mismo cargo, con la diferencia de que aquél no pudo, o no quiso, convencerlos de levantarlo, como éste sí lo hizo, y por lo que le regresa a Chilpancingo su espacio de convivencia social más importante.

En otros tiempos, en Guerrero, cierto, se recuperaron zócalos y edificios públicos, como palacios municipales, pero a base de toletes y hasta balas.

Como haya sido, pero levantó los plantones sin ningún hecho de violencia con la CETEG y con otras organizaciones sociales que también se habían sumado al movimiento de protesta, por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, a pesar de ser consideradas como radicales.

Quizá se hubiera hecho menos tiempo para persuadirlos a retirar el plantón, de no tener tantos problemas Guerrero, como el de la violencia o la inseguridad, y los propios de su pobreza y marginación.

El propio Astudillo informó que en los próximos días el magisterio disidente entregará las oficinas de la Secretaría de Educación Guerrero en Iguala, Costa Grande, Costa Chica y Acapulco.

Cierto también es el hecho de que falta más diálogo. Por lo pronto, según se ha informado, en Guerrero el examen de evaluación profesional del magisterio ya no tendrá el carácter de obligatorio, ni despedidos los docentes que no lo realizaron, ni otras sanciones a los que se levantaron en protesta por la reforma educativa.

Lamentablemente Guerrero tiene más problemas. Justo un día después de desalojados el zócalo, calles e instalaciones educativas, se reúne una vez con ese gabinete de seguridad para afrontar el peor problema del país, y en particular, de este estado, que, pese a todo, parece empeorar ante los ojos de la sociedad en general.

Es un asunto que corresponde ser más atendido por el gobierno federal que por el de los estados y los municipios.

En éste su primer año de gobierno otro acierto que ha tenido es su coordinación institucional con el gobierno de la República, con el que pudo retirar al magisterio disidente de esos espacios, y con el que seguramente podrá aminorar, hasta cierto grado, los índices de violencia, en una acción en la que hasta la sociedad civil debe cooperar.

Ayer dio otro paso con la Feria Integral de Prevención Social, donde se proporcionó atención personalizada a los ciudadanos que requirieron información sobre trámites, programas, apoyos y servicios, que proporcionan las diversas dependencias gubernamentales, en cumplimiento a las acciones emprendidas por el gobierno federal a través del Programa Nacional para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia.

Lo deseable es que ésta se acabara en un abrir y cerrar de ojos, pero lo bueno es que en Guerrero no hay un gobernador cruzado de brazos.

isidro_bautista@hotmail.com