* Asalto y robo, el móvil, aclara la FGE

* Indignación por homicidio de normalistas

* Agresores montaron su retén para robar

 

Jorge VALDEZ REYCEN

 

Por el modus operandi y el uso de armas de bajo calibre, la Fiscalía General del Estado recaba evidencias periciales, científicas y forenses del doble homicidio cometido contra los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, perpetrado por un grupo armado en la carretera federal Chilpancingo-Tlapa, en el tramo de la capital a Tixtla.

Se trata de delincuentes comunes que han intentado confundir a las autoridades policiacas y ministeriales con supuestos actos ligados a células de la delincuencia organizada. Una banda de asaltantes que han operado aprovechando lo solitario de la vía para cometer asaltos a mano armada y hasta homicidios.

El modus operandi fue lo que la FGE detectó en las primeras investigaciones, que arrojan un patrón definido del robo a mano armada contra choferes del servicio público de transporte y pasajeros, así como a los operadores de vehículos distribuidores de refrescos, galletas y otros productos.

Desde hace 40 días se han producido en ese tramo desolado y solitario la intercepción de vehículos del servicio público, primero colocando un “retén” y obligando a conductores a detenerse, disparando armas de fuego de bajo calibre. Y si alguno se resiste al robo, es privado de la vida con lujo de crueldad y alevosía.

El gobierno del estado condenó este ataque cobarde y se propuso emprender una verdadera cacería humana contra los homicidas de los normalistas de Ayotzinapa, que iban como pasajeros de una urvan desde la capital hacia Tixtla, cuando fueron sorprendidos y privados de la vida arteramente.

Héctor Astudillo confió que la indagatoria ministerial realizada por la FGE logre en un término corto la aprehensión de esta banda de delincuentes integrada por cuatro o quizá cinco hombres, cuyas medias filiaciones ya fueron proporcionadas por algunas de las víctimas que resultaron heridas en las agresiones armadas.

No se escatimarán elementos policiacos para emprender una búsqueda minuciosa, apoyados en retratos hablados que ya se realizan por peritos de la FGE. “Todo el peso de la ley caerá sobre quienes de manera cobarde atentaron contra la vida de los normalistas”, ofreció el gobernador Astudillo.

Lo que se pone de manifiesto en estos nuevos hechos de sangre que han provocado indignación, es que los delincuentes comunes pretendan hacerse pasar como células de grupos armados ligados a cárteles para intentar confundir a los investigadores y hasta buscar eludir la acción de la justicia. Lo cual resultará inútil, porque ya se establecieron patrones del comportamiento criminal, donde el móvil es el asalto y robo a mano armada. Lo agravado de los delitos es el homicidio, por lo que los delincuentes alcanzarían condenas hasta de 50 años de prisión, ya que se trata de delitos de alto impacto social cometidos con premeditación, alevosía y ventaja.

Cerrar el paso a la impunidad y perseguir a quienes cometen este tipo de delitos es la prioridad de la Fiscalía General, pues en este caldo de cultivo es donde se abreva la delincuencia común, que persigue la obtención de dinero fácil, a costa de privar de la vida a sus víctimas.

Un dato final, es que los delincuentes disparan “a lo loco”, como si estuvieran bajo los efectos de alguna droga o el alcohol. Este perfil criminal es parte de la inteligencia con que opera la Policía Ministerial para ubicar y detener a los agresores… y no va a pasar mucho tiempo de eso.

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.