Mucho ayudan quienes no estorban

 

Felipe Victoria

 

Por supuesto que tanto Héctor Antonio Astudillo Flores como Jesús Evodio Velázquez Aguirre calculaban que no todo sería miel sobre hojuelas a partir de octubre del año pasado; ambos no recibieron sus respectivos encargos públicos en las condiciones deseables sino con problemas, no solo financieros sino de ingobernabilidad e inseguridad.

El daño hecho a ese rubro en tan solo un año durante el desempeño del académico Ortega Martínez, que mandó el rector de la UAGro a cubrir el interinato por la salida Aguirre Rivero a raíz del ayotzinapazo de Iguala, tuvo repercusiones que siguen haciendo eco.

Ni a los cetegistas ni a normalistas alebrestados les entra en la cabeza que las situaciones y estilos van a tener que cambiar en Guerrero y  Acapulco, la gente pacífica y trabajadora ya no está dispuesta a tolerar  que las autoridades se crucen de brazos ante evidentes delitos cometidos por quienes protestan por lo que sea.

El manido esquema de hacer lo que se les viniera en gana en ciudades, caminos, carreteras y casetas de peaje, o tomando y vandalizando instalaciones oficiales gozando de inmunidad e impunidad, no va de acuerdo con lo que Héctor Astudillo piensa que debe suceder en un nuevo Guerrero, donde lidercillos de gremios y organizaciones no traigan de sus rehenes a las autoridades, compartiendo diezmos de las dádivas para que se aplacaran un rato.

Ni autoritarismo ni represión, solamente las leyes aplicadas lisa y llanamente es lo que aparece en el nuevo menú, sin excusas, pretextos ni distingos para nadie y ¡CERO IMPUNIDAD!

Claro, les pueden seguir regalando autos, pero de formal prisión y que entiendan que las fianzas ya no serán pagadas por los gobiernos, sino que el que la hizo la pague.

Es cuestión que se coordinen honesta y eficazmente el fiscal general Xavier Olea Peláez y el magistrado Robespierre Robles Hurtado; que ambos rompan el círculo vicioso de corruptelas para ya no comerciar libertades indebidas a favor de los delincuentes.

Basta ya de abogados que dejan atrás su papel de asesores defensores, convirtiéndose en azuzadores de ilícitos colectivos para lucrar pactando treguas en perjuicio de la sociedad.

Basta ya también de lucradores sociales y de caudillos pillos que se le treparon a las barbas a las instituciones, sin respeto a los derechos de terceros; con desorden y violencia no vamos hacia nada bueno.

Disciplinar a todos por igual cuanto antes, aunque desde chamacos no les hubieran inculcado valores en sus familias; por eso hay correctivos y sanciones establecidas en las leyes que no deben someterse a caprichos políticos.

Ante las condiciones actuales necesitamos “mano dura”, que más bien es “mano firme”; que no quieran voltear la tortilla alegando represión cuando se actúe en consecuencia de la evidente provocación. Basta de humanitarismos equívocos favoreciendo la anarquía.

¿De qué sirve estar infestados de policías federales y que soldados y marinos anden de adorno disuasivo si solamente los dejan desfilar, pero no les autorizan actuar?

Se equivocan quienes creen que a los turistas se les imagina estar seguros, cuando más bien los hacen creen que la cosa es grave y por eso hay tantos uniformados armados en las calles, como escenario de guerra.

Las talachas finas deben hacerse sin que se noten, con inteligencia policial y estrategias adecuadas; ¿a poco el enigmático CISEN que controlan en Gobernación no tiene la lista de líderes y caudillos nocivos en Guerrero? ¿Qué esperan entonces para darles el trámite legal debido junto con sus poderosos padrinos y patrones?

Ojalá tengan tiempo de leer esto el gobernador Héctor Astudillo y los alcaldes Evodio Velázquez y Marco Antonio Leyva Mena, para que lo disciernan. Los cambios deben ser eso y no simulaciones a modo.

En ausencia de la maestra Pizarrina que ya anda celebrando su día invité a las comadritas porteñas.

-¡Riiing… salinsliiim!

-Comadre Torturina, si me piensas comentar del ridículo del viaje de prueba del “Nuncabus”, te voy a decir una majadería en francés.

-¿Para que le llegue hasta cerca de París al culpable del desmadre con la línea 12 del Metro en la Ciudad de México, Proculina?

-¡Shhh… cábrate cayona! No te metas con Marcelo Ebrard ni sus socios sucios.

-Serena morena, déjala de ese tamaño. Se le va a poner dura y pelona la cosa a Evodio con los ajustes para que pueda operar debidamente ese extraño sueño etílico de un verano.

-¿Irán a caber bien los camiones dobles y ya hay choferes suficientes y competentes?

-No me involucres en tus chismes comadrita, yo mejor pico de cera.

-Oye tú, ¿crees que después del día del maestro comiencen a enchinchar la borrega otra vez los del magisterio disidente y los normalistas?

-No saben hacer otra cosa que crear problemas comadrita, genio y figura hasta la sepultura, igual que los alzados armados en su plan oscuro de colombianizar Guerrero.

-Jíjoles comadre, me dan ñáñaras en la coliseo escucharte esos pronósticos tan feos.

-¿Prefieres que te cojan desprevenida los sainetes que se nos vienen, además de tormentas tropicales y huracanes?

-Claro que no, a mí me gustan las cosas en paz y ordenaditas, todo en su lugar, a su tiempo y por las buenas. Astudillo va a necesitar que todos jalemos parejo con él.