* Carta al gobernador de Nuevo León

 

Jaime: ¿Bronco, Jaime?

 

Isaías Alanís

 

No es por demás decirte que se me hace cocas la lengua para nombrarte e intentar hablar contigo aunque sea por carta. No sé si le hablo a un holograma bien elaborado por la mercadotecnia o, con cual nombre nombrarte y preguntarte qué se siente ser un bravucón regio en campaña, despreciador de los medios, amigo de las medias y un “candidato independiente” que triunfó gracias al hartazgo; a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, la reforma educativa, fiscal y la quebradiza situación de violencia, de los 26 mil desaparecidos de México, y aún hay más; la fuga del Chapo, al declive de la partidocracia o, mediante una campaña mediática en redes sociales pagada quién sabe por quién, y ahora un gobernador que se mudó a un departamento para estar cerca de su oficina tras haber cerrado la casa de los gobernadores.

Eres neta, Bronco, ¿o sólo un profundo vuelo de apariencias para oxigenar la contaminada atmosfera de la política nacional y que en poco tiempo habrá de difuminarse en lo mismo?

Un gobernador que tiene que meter a la cárcel a su antecesor y a toda su familia.

Un hombre tal y como se pinta y lo pintan, aparente lector del Libro Vaquero como expresión pura del espíritu popular nacional y dueño de un léxico transgénero lúdico que linda entre San Nicolás de los Garza y los barrios más pobres de Monterrey.

Por eso te pregunto Bronco, ¿qué se siente ser un gobernador “independiente”, único, omnisciente y dicharachero; haber ganado con un millón de votos y a qué empresa se los van a pagar en los próximos seis años?

Porque la neta Bronco, entrar a Monterrey a caballo es buena puntada, pero un gobierno no se construye con “puntadas”, se forja en el trabajo diario y la transparencia. Haber anunciado que no se les pagará la factura de una sopa en el “Mirador” a ningún funcionario, es más un acto de fe que de bienaventuranza logística.

Yo te pregunto, Bronco, ¿el caballo Frisón que montas en tu publicidad, es tuyo, te lo prestan, cuánto cuesta el jamelgo y su manutención diaria, servicios de dentista y veterinario permanente, caballerango, shampoo, ‘estilista’ y si con esa plata se podría ayudar a los más pobres de los pobres de los barrios marginados de las ciudades perdidas de Nuevo León?

Porque la neta wey, para hablar como tú hablas al puro estilo televisa, se me hace muy cursi entonces entender que vas a entrar a caballo, cabrón, a la Ciudad de México como un día lo hicieron Villa y Zapata. ¿Es un choro mareador aprendido en las lecciones de “historia Bronca” de más allá del allá de tus alucinaciones histriónicas, o qué onda?

¡Oh My dear Bronco¡ Es neta. Y para no hacerle al pendejo ni al profeta, aunque me llame Isaías; primero, antes de salir en tu rocín bien alimentado en cabalgata a México-Tenochtitlan, seguido por las cámaras de Bandamax y del equipo del Bridón, no se te olvide que tienes que formar un ejército de caballería bien pertrechado y con carruajes repletos de agua, pastura y 100 millones del libro de tu vida para repartir en los caminos de Tierra Adentro.

Que ni se te ocurra llevar en tus alforjas televisiones o despensas, mucho menos tarjetas monex, o boletos para Cinépolis, mochilas y tarjetas verdes, esas minucias sacrosantamente electorales ya pasaron de moda.

Tienes que inventar y reinventarte a cada tramo del recorrido.

Por eso vuelvo a la pregunta inicial, Jaime Bronco gobernador de un país de broncos y donde hay muchas broncas, y una de las más complicadas es la violencia, corrupción, impunidad y hambre; ¿qué se siente haber sido un bravucón y ahora un gobernador “independiente” al que lo pueden bajar del caballo y montarlo en una locomotora y llevarlo a Los Pinos y arrepentirse de todas sus palabras y de las estrategias aprendidas en el Libro Vaquero?

Y como me interesa saber tu verdad, te invito a sostener una plática sobre lo que se te ocurra y en especial de la futura caballería moderna para el 2018.

Y a pesar de que me cuesta trabajo nombrarte, Jaime, te adelanto que escribí un libro: “El Caballo zapatista”, y entre otros temas que te interesan, al menos eso creo, si quieres, hablamos de los caballos norteños y en especial de la famosa caballería villista, a ver si juntos encontramos el hilo para iniciar una cabalgata a la Ciudad de México, porque la caballada está de al tiro flaca para la que viene, por donde se le mire.

Recibe con estas líneas mis saludos afectuosos.

*Con esta Mirada, cierro el ciclo del 2015. Abriré los ojos asombrados a partir del primero de enero de 2016. Hasta entonces.