La división de los cuestionados

 

Noé Mondragón

 

Primero fueron los del Grupo Guerrero (GG). Se echaron lodo por todos lados. El dueño de esa tribu, David Jiménez Rumbo, acusaba una fuerte división al interior de su organización, una de las tantas en el PRD que se disputan el poder público guerrerense. Dos de sus miembros se rebelaron: el dirigente estatal, Celestino Cesáreo Guzmán. Y el actual diputado local, Carlos Reyes Torres. Todos ellos, hechuras políticas del extinto, Armando Chavarría. Como consecuencia de lo anterior, David demandó la renuncia de Celestino a la dirigencia estatal. Y éste último cerró filas con Carlos Reyes y con el ex dirigente nacional del PRD, Carlos Navarrete. Al final todo se quedó en un pleito doméstico. Jiménez Rumbo dejó de hacer olas. Y Celestino enfrenta en Tixtla, su segunda elección catastrófica. Se entiende que a partir de ese referente, el propietario del GG retomará su petición en el sentido de que se vaya de la dirigencia estatal. Y mientras ese pleito se cocina, otro apenas acaba de surgir. Es decir, se confirma que el PRD está destrozado y sin liderazgos que lo rescaten del hoyo. Hay que ubicar las vertientes para entenderlo mejor.

CRISIS INTERMINABLE.- Dos perredistas muy cuestionados, se disputan la corriente Nueva izquierda-Coduc: el ex diputado local Bernardo Ortega Jiménez. Y el actual dirigente de la misma y diputado local, Sebastián de la Rosa Peláez. El primero, está molesto porque se quedó sin nada tras concluir su periodo como diputado local. El segundo, trata de rearmar su estructura con la mira puesta en la competencia por el Senado de la república para la elección federal de julio del 2018, que se antoja muy lejana para sus planes. Incluso, hasta la diputación federal. Por el antecedente nada grato que arrastra, de ser uno de los impulsores y porristas principales del ex edil defenestrado de Iguala, José Luis Abarca Velázquez. Y justamente sobre ese carril, es de donde se ha nutrido la disputa. Se lee así: 1.- Bernardo Ortega asume, que formará otra corriente política al interior del PRD. En esta aventura, pretende aglutinar a una personalidad política “intachable”: el ex secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso, otro de los fervientes admiradores y adherentes de Abarca Velázquez, y quien fue despojado -gracias a esa amistad peligrosa e innegable-, de la candidatura a gobernador por el Morena, en la pasada elección del 7 de junio. Desde luego, hoy todos ellos reniegan de la amistad y el cariño político que se profesaron con dicho personaje. Creen que ya es tiempo del borrón y cuenta nueva. Es la pervertida cultura del poder en el PRD que en vez de darles castigo, los premia. Y a la que ya están acostumbrados. Pero Bernardo planea así, ejercer presiones en el plano federal. Obtener tajadas de pastel personales. Sin  advertir la crisis terminal de su partido. 2.- Sebastián por su parte, se quedaría solo con NI-Coduc. Está de algún modo, desesperado. Porque de golpe, el PRD se fraccionaria en cuatro nuevas tribus, de dos que había: el GG se dividió con Alternativa Democrática Guerrerense (ADG) y NI-Coduc, hará lo propio con la creación en ciernes de Bernardo Ortega. Divididos, agotados, chamuscados, y desgastados, planean su propia competencia electoral exitosa para 2018. O venderla a otros prospectos mejor posicionados en la izquierda. Incluido por supuesto, el Morena de López Obrador. Pegarse a la coyuntura parece su apuesta. Y si el PRD acusa una aguda crisis, entonces tendrían que regresar la vista hacia el Movimiento Ciudadano (MC), el Partido del Trabajo (PT) y Morena. Porque dentro del PRD, no se ve hasta hoy, el personaje que pueda rescatar al partido de la debacle que se profundiza. Y que se mide con las divisiones de los cuestionados.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Para el gobernador Héctor Astudillo, Acapulco y Chilpancingo están mejor en materia de seguridad. Y la sierra y Chilapa son los focos rojos. Pero nada más es cuestión de asomarse a la estadística criminal para entender que la afirmación del mandatario estatal tricolor, no es real. Y que el clima de violencia también permea con fuerza el municipio de Iguala, Taxco, Teloloapan y la mayoría de los municipios de la Tierra Caliente.