Alexis Blancas

En la comunidad de Azinyahualco, ubicada en la sierra de Chilpancingo, ejidatarios y pobladores ya comenzaron los trabajos para prevenir incendios forestales, como parte de su estrategia anual para proteger el bosque, realizaron guardarayas a fin de proteger su ejido.

El sábado, hombres y mujeres del ejido se organizaron en brigadas comunitarias para abrir las tradicionales guardarayas, también conocidas como brechas corta fuego, que son fundamentales para contener el avance del fuego en caso de siniestros.

A diferencia de otras comunidades de la región, en Azinyahualco ya no se permite la quema de tlacololes sin autorización y cualquier quema es llevada a asamblea y debe contar con el respaldo y participación de los habitantes, quienes saben que un descuido puede ocasionar una desgracia.

El año pasado un incendio de gran magnitud arrasó con varios ejidos cercanos, dejando daños considerables, sin embargo, Azinyahualco logró evitar la catástrofe gracias a la unión de sus habitantes, quienes durante más de 10 días trabajaron en el Cerro del Alquitrán para abrir una guardaraya de casi 30 kilómetros que salvó su territorio.

Esto sin apoyo gubernamental, sin herramientas especiales, solo con su experiencia y con las ganas de proteger sus tierras.

Mazatlán, Palo Blanco, Acahuizotla, Rincón de la Vía y Zoyatepec fueron algunas de las comunidades afectadas por ese incendio, y aunque vieron arder los cerros, pocas posibilidades y ayuda tuvieron para combatir el fuego.

En Azinyahualco saben que los incendios no nacen en su ejido, sino que llegan desde fuera, pues reconocen que la mayoría son provocados por la mano del hombre

“Una colilla de cigarro, una fogata mal apagada, hasta una botella puede hacer que comience el fuego”, explicaron. Hicieron un llamado a la ciudadanía y las autoridades para hacer conciencia y cuidar los bosques y el agua y preservar la flora y fauna de la región.