En el mejor clima, por Elino Villanueva

Dos grupos de estudiantes de Nivel Superior visitaron la Granja Amojileca, el único Parque de Educación Ambiental en el sur del país, con motivo de conmemorarse en esta semana el Día Mundial del Medio Ambiente, cada 5 de junio. Un tercer grupo había estado días antes, y todos escucharon la explicación sobre el ejemplo exitoso de este espacio ya emblemático para Chilpancingo y Guerrero.

Fue un privilegio conversar con muchachos guerrerenses, hombres y mujeres, originarios de comunidades rurales, y atender sus dudas acerca de cómo la vida silvestre —las especies que llamamos “salvajes”— puede contribuir a crear empleo y progreso en las localidades, por la vía del Desarrollo Sustentable, y de esa forma contribuir a tomar conciencia sobre la urgencia de conservar los ecosistemas y con ello el planeta, en beneficio de las futuras generaciones.

Dos semanas antes de esta fecha vinieron chicos y chicas de la carrera de Ingeniería Forestal, de la Universidad Intercultural del Estado de Guerrero, sede Ayutla de los Libres, Costa Chica, a conocer el lugar y recibir la plática. El sábado 3 de junio lo hicieron otros jóvenes de la misma carrera, que también visitaron en el municipio de Leonardo Bravo instalaciones similares a la Granja Amojileca, en lo que se conoce como el modelo de Unidades de Manejo de Vida Silvestre.

Y finalmente, el lunes 5, Día Mundial del Medio Ambiente, asistieron jóvenes de la carrera de Gestión de Proyectos, de la Universidad Tecnológica de Acapulco, sede Ocotito. Se les explicó la forma en que todo ciudadano quien quiera incursionar en labores en favor de la conservación de la Naturaleza, puede acceder a un permiso para tener bajo su cuidado especies de flora y fauna, a fin de generar economía en las comunidades conservando los ecosistemas, sin afectar el entorno.

Gracias a las instituciones que, al igual que estos grupos, con sus maestros, se han interesado en este ejemplo de Educación Ambiental con más de veinte años desde que se inició su gestación. A quien tenga interés en conocer este ejemplo de éxito, estamos en plena disposición de brindarles orientación. Urge que todos humanicemos más nuestras actividades, a partir de proteger, cuidar y permitir la reproducción de plantas y animales majestuosos.

Los permisos para tener bajo su cuidado en la familia, el grupo, la comunidad o el ejido, una especie de flora o fauna para generar empleos sin tener que recurrir a la manera tradicional de aprovechar la Naturaleza, no tienen costo y el trámite es relativamente sencillo. Sólo es cuestión de que cada vez más personas se interesen en mostrarle al mundo, como nosotros, que la conservación de la Naturaleza también puede ser negocio. Urge que más ciudadanos tomen la iniciativa, en favor de todos, en especial de las futuras generaciones. Sí, pues.