David Martínez Téllez

Llama la atención el título porque es nombre de mujer. Luego es atractiva la cinta por la participacion de Lian Neeson; además la seducción de Julianne Moore. 

La narración de la actriz Amanda Seyfried (voz en off) plantea un desempeño de una persona astuta y ambiciosa. Se supone, de acuerdo al guión, una mujer exquisitamente atractiva. Y Seyfried –desde mi punto de vista- no lo representa. Es bella, pero no divina para lo que después veremos en la saga.

Catherine Stewart (Moore) y David (Neeson) es un matrimonio muy bien acomodado económicamente. Ella ginecóloga y él maestro universitario reconocido. 

La pareja es de hábitos liberales.  Tanto que aceptan que el hijo adolescente Michael (Max Thieriot) tenga relaciones sexuales en casa con una pareja de su misma edad.

Catherine organiza una fiesta sorpresa para el cumpleaños de David, quien no llega al festejo y su esposa cree que le miente. Es aquí que Catherine decide contratar los servicios de Chloe, porque se supone es seductora, joven –esto sí- y fascinadora. El trato es constatar que el esposo la engaña.

La hábil Chloe se involucra con los tres que forman la familia de esta historia. Aunque a usted como espectador le toca resolver el misterio si realmente tuvo relaciones con David. 

El final de la historia no me gustó porque no nos lleva a una terminación de una narración que se ha ido contando con detalle. Me parece un final súbito, apresurado.

La cinta nos lleva a un amor femenino, tema que ya se está visualizando desde principios de este siglo. La película se exhibió desde 2009. Hoy, apenas a un poquito más de diez años, ya se ha normalizado.

Como auditorio hay que resolver quién tiene la responsabilidad ante la justicia de lo que le pasó a Chole.