Edgar de Jesús

 Luego de dos años de permanecer cerrado el panteón municipal de Tecpan de Galeana, hombres y mujeres que se dedican a asear los mausoleos, buscan la forma de reactivar la economía en sus hogares.

Entre ellos está don Arturo Vega Alcaraz, conocido como “El Bunche”, quien desde las 07:00 de la mañana inicia su jornada laboral, quien se dedica a pintar las tumbas.

A sus 65 años de edad, camina por los andadores del panteón municipal cargando su bote de pintura y otro de cal, en busca de trabajo para poder ganar algo de dinero.

En entrevista, don Arturo lamenta que no es beneficiario de ningún apoyo por parte de los tres niveles de gobierno; ni siquiera en alguno de los programas sociales impulsados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

A su andar de tumba en tumba, “el Bunche” es llamado por los dueños de un sepulcro, a quienes les indica que el precio por su trabajo es de 30 y 40 pesos, dependiendo de que tan grande es la edificación.

Luego de lograr un trato, deja su bote de pintura y sus implementos –brocha, escoba y la cal-, para iniciar con la limpieza y después el pintado de la tumba.

Y mientras realiza su trabajo accede a platicar con este reportero. Arturo considera que está temporada de días de muertos es muy importante para su vida y la de su familia, ya que es cuando percibe un poco más de recurso económico.

Entre otras cosas, don Arturo lamentó que cientos de familia se incidan de sus seres queridos cuando ya están en una tumba, por lo que él llama al panteón: “la ciudad del olvido”, pues afirma que muchos sólo acuden en esta temporada.

“‘Nomás’ venimos a verlos una vez o dos veces por año. No hay que olvidarnos porque al rato también nosotros vamos a estar por aquí, o quién sabe, en otro panteón”, dijo.

Aquel hombre de avanzada edad continuó trabajando, invirtiendo aproximadamente media hora en la limpieza y pintada de una tumba, por lo cual ganará entre 30 y 40 pesos. Su jornada laboral terminará hasta las 21:00 horas, o “hasta que la última persona salga del panteón”.

Después, anhela llegar a casa para comer un pipian, o una carne de cuche con nejos. (API)