David Martínez Téllez
De alguna manera ya estamos en un bipatirdismo. Se han conformado dos coaliciones.
Por un lado Morena, PT y Verde Ecologista; enfrente, PAN, PRI y PRD. Movimiento Ciudadano se desplaza hacia uno de estos frentes, de acuerdo a sus intereses. No son muchos votos los de color naranja, pero su apoyo es simbólico. Políticamente no ayudan a cualquier bando.
Morena es actualmente el partido hegemónico con presencia minoritaria en el Congreso mexicano. Y la suma de sus aliados no logran las dos terceras partes para aprobar iniciativas de ley a nivel constitucional.
PAN, PRI y PRD como bloque impiden los votos necesarios para aprobar nuevas leyes trascendentales.
Este panorama puede llegar a una parálisis legislativa. E incluso política. De ninguno de los bandos existe la posibilidad de llegar a acuerdos. Nadie cede. ¿Qué pasará?
El gobierno federal continuará en su desempeño administrativo; pero no podrá terminar con su intención de “transformar a la nación”. Su postulado de Cuarta quedará en un símbolo y tal vez en un ideario. Los tiempos políticos se han agotado. En junio de 2022 habrá elecciones en 6 entidades. El próximo año inicia la carrera por la sucesión presidencial. Existe la posibilidad de quien suceda en la silla presidencial sea una persona identificada plenamente con quien se va. Sin embargo, esto no significa que obedezca a pie juntillas al ex presidente.
En los últimos decenios de la política mexicana quien es el presidente ejerce el poder y no se deja mangonear. También está la posibilidad de que sea títere.
De acuerdo a la tradición presidencial mexicana, el cuarto año es cuando el poder se ejerce plenamente. Se dice que “vuelve loco” al presidente. Lo obnubila.
Esa ofuscación se traduce en pensar que el presidente es un dios. Que todo lo puede.
En el caso del poder legislativo, donde las fuerzas políticas se encuentran entrampadas. Se puede observar que su poder político está por encima de la razón. Por el momento, no hay acuerdo, diálogo, negociación.
Como parte de otra experiencia de nuestra incipiente democracia espero sea aleccionadora ese contraste legislativo.
También lo que se puede observar es una ausencia de tribunos en nuestros representantes políticos. Una mente que haga un análisis de la situación que vive el país y cuáles podrían ser las consecuencias.