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  • * En Cuatro Cruces, la falta de caminos los tiene literalmente incomunicados, mientras que “nuestros niños no tienen clases desde febrero y no tenemos a veces ni energía eléctrica para poder tener clases por televisión o menos en línea”

Jesús Saavedra

CUATRO CRUCES, AJUCHITLÁN DEL PROGRESO.— A más de 12 horas de camino a la cabecera municipal, un centenar de familias de este lugar trata de sobrevivir a la pandemia del COVID 19, pero lanzan un llamado a las autoridades estatales y federales para que mantengan en buen estado la brecha que los comunica con Tecpan de Galeana, en donde compran alimentos y medicinas para sobrellevar su situación.

Señalan que han pedido durante décadas que les construyan un puente en el vado del río La Chona, que se ubica a un kilómetro antes de llegar a esta comunidad, ubicada en el Filo Mayor de la Sierra, tan lejos de la Costa Grande como de la Tierra Caliente.

Desesperados ofrecen una conferencia de prensa en este recodo del caudaloso río que baja hacia Tecpan y que en temporada de lluvias los deja incomunicados y sin poder atender alguna emergencia sanitaria o proveerse de víveres desde Tecpan.

El comisario municipal, Samuel Márquez Sierra, explica que los problemas de comunicación han afectado a la comunidad desde hace décadas y que en el 2000 construyeron un vado que les permite transitar en cuatrimotos hacia la zona de Tecpan, pero que con las lluvias de la tormenta tropical ‘Hernán’, desde hace un par de semanas les es imposible transitar esta maltrecha vía de comunicación.

Márquez Sierra hizo un llamado a las autoridades del gobierno del estado y de la federación para que atiendan su añeja demanda de mejorar los caminos y está brecha que los comunica con Tecpan; “queremos que nos ayuden a mejorar las vías de comunicación y en este vado que se construya un puente vehicular para que dejemos de estar incomunicados cada temporada de lluvias”.

Doña Benedicta Pineda Medina explica que otro problema para quienes viven en esta comunidad es la falta de atención médica, y señala que “cada que nos enfermamos tenemos que ir a la Casa de Salud de Pocitos de El Balcón, que nos queda a varias horas de distancia; acá vivimos un centenar de familias que estamos abandonados, nos desprecian y somos invisibles para las autoridades”, dice en tono de reproche.

Se quejó de que las autoridades de Ajuchitlán del Progreso no los atienden en sus peticiones más mínimas como salud y educación, “nuestros niños no tienen clases desde febrero y no tenemos a veces ni energía eléctrica para poder tener clases por televisión o menos en línea. Les pedimos al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador Héctor Astudillo Flores que nos ayuden, que nos tiendan la mano como autoridades”.

Doña Norma Rojas Alegre sostiene que lo que necesitan con urgencia son “médicos y enfermeras que no tenemos desde que entró a gobernar Morena, desde hace dos años; (antes) subían cada mes o tres meses, y ahora no tenemos atención médica, muchas compañeras han fallecido de un parto, menos tenemos medicinas si nos pica un alacrán o nos muerde una culebra”.

La profesora Jennifer Radilla Arriola asegura que el programa ‘Aprende en Casa’ que implementó la Secretaría de Educación Pública para este ciclo escolar 2acá simplemente no funciona, muchas ocasiones no hay luz, si queremos tener internet debemos pagar 25 pesos por una ficha para una hora de servicio y es dinero que no tenemos”-

“Decía Andrés Manuel López Obrador que habría internet gratis y no lo hay”, reprocha.

En la cancha de esta localidad, don Rafael Rojas indicó que también esperan que las autoridades les ayuden a sus familias a colocar las artesanías que sus familias elaboran con hoja de pino, guinomo u ocoshal, “Aprendimos a realizar artesanías con madera y la hoja de pino, lo que necesitamos es ayuda para comercializar nuestros productos y que sea un ingreso económico para el sostén familiar”, señala.

Roberta Bernardino Pacheco asegura que lo que necesitan es ayuda para que puedan realizar sus actividades de la siembra de aguacate, de explotación forestal de manera sustentable y de elaboración de artesanías. “No sabíamos de qué íbamos a vivir esta pandemia que ha afectado severamente a nuestra economía familiar, no queremos seguir viviendo en la fama que somos amapoleros y que en realidad somos gente trabajadora del campo”, señala.

Jóvenes Amantes del Bosque

Andrea López Beltrán acaba de concluir su carrera en Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) y regresó a esta localidad para organizar a una agrupación que han llamado Jóvenes Amantes del Bosque, quienes ayudan a prevenir incendios forestales.

Acompañada de Mayra Rojas, asegura que los jóvenes quieren oportunidades de trabajo y académicas. “Acá son condiciones difíciles para vivir, mi familia me ayudó a concluir una licenciatura y es una oportunidad que no todo mundo tiene, soy afortunada y lo mínimo que podemos hacer es ayudar a nuestras familias”, señala.

Explica que su padre falleció en un accidente carretero cuando se trasladaba de Tecpan a Cuatro Cruces; “accidentes ocurren todos los años, les pedimos al gobierno que no nos siga marginando y nos dé atención especial, somos familias pobres que necesitamos sentir el respaldo gubernamental”, añade.

Indica que este año han atendido una veintena de incendios forestales, por lo que “en la agrupación de Jóvenes Amantes del Bosque lo que ayudamos al pueblo es a limpiar la zona de bosque que tenemos, a preservarla y a reforestar las zonas que han sido explotadas”.

Añade que tienen un conflicto agrario con el ejido de Coronillas, municipio de San Miguel Totolapan, por unas hectáreas de bosque y que se ha agravado por la desatención de las autoridades agrarias, por lo que “necesitan intervenir para evitar que haya una confrontación”.