• * “No tenemos televisión, internet, telefonía celular, no contamos con educación desde el kínder, primaria, secundaria y preparatoria”, reprochan más de 40 niños y adolescentes afectados

Jesús Saavedra

LA LIBERTAD, AYUTLA.— Cuarenta y cinco estudiantes de preescolar, primaria, secundaria y preparatoria lanzaron un grito de ayuda desesperado a las autoridades del gobierno federal y estatal para que les brinden condiciones de estudio y puedan seguir con su formación académica que tuvieron que suspender desde febrero pasado debido a la pandemia del COVID-19.

Se trata de niños y adultos que han sufrido doblemente la violación a sus derechos humanos, pues desde marzo del 2013 tuvieron que dejar sus hogares en la comunidad de La Laguna, en el municipio de Coyuca de Catalán, tras haber sido agredidos por hombres armados de esa zona de la Sierra de Guerrero.

En este municipio de Costa Chica, en un predio que les donó el gobierno del estado, tienen 7 años viviendo en condiciones difíciles y sin el acceso a servicios elementales como la salud y la educación.

Se trata de 6 niños que estudian preescolar, 25 de primaria, 11 de secundaria y 3 muchachos de preparatoria, quienes acudían a recibir su instrucción académica en la comunidad de La Unión, de preescolar a secundaria, y a Ayutla, en la preparatoria.

Desde marzo su instrucción escolar fue suspendida debido a la emergencia sanitaria, y en el inicio del ciclo escolar 2020-2021, la pobreza y marginación en la que viven desde el 2013 les impide que retomen sus actividades escolares, pues no cuentan con televisión, internet o equipos de telefonía para poder cursar sus estudios en el sistema Aprende en Casa que implementó la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Las madres de familia denunciaron que sólo los profesores de primaria han informado que para este ciclo escolar deberán de adquirir dos paquetes de fotocopias que cuestan 38 pesos cada uno, pero “el problema es que no tenemos dinero, no tenemos ninguna actividad laboral que nos permita un ingreso para sostener a nuestras familias”, señala la señora Mariana Díaz Pérez.

Añadió que “nuestros niños necesitan estudiar, necesitamos que las autoridades brinden el apoyo con la educación de nuestros hijos; no tenemos televisión, servicio de internet, si tuviésemos no tendríamos dinero para adquirir fichas para el teléfono”.

Dijo que desde marzo se suspendieron las actividades escolares de 43 estudiantes, “cerraron las escuelas en la comunidad de La Unión, que es a donde se iban caminando a diario; pedimos a las autoridades que nos manden maestros no importa que nos den clases debajo del árbol”.

La estudiante de secundaria Yesenia Díaz Santana exigió a las autoridades educativas “que nos atiendan, queremos superarnos y así lo demostramos, nos hacíamos 30 minutos caminando hasta La Unión todos los días porque queremos estudiar”.

Indicó que la SEP les ha pedido que estudien a distancia, “pero no tenemos televisión, internet, telefonía celular, no contamos con educación desde el kínder, primaria, secundaria y preparatoria, pedimos a las autoridades que nos den escuela y maestros”.

El niño Rogelio Díaz Salgado manifestó que viven en una “situación triste, nos corrieron primero de nuestra comunidad La Laguna y ahora no tenemos clases, le pedimos al gobernador y al presidente que nos ayuden y que nos manden maestros, queremos clases”.

Hoguer Morales Miranda, integrante del Comité de Apoyo de los desplazados de La Laguna, informó que por su cuenta se han organizado para que los niños y adolescentes tengan actividades recreativas.

Dijo que entre esas actividades de apoyo, junto con otros voluntarios han implementado talleres de pintura, educativos, de música, danza y teatro.

El profesor Morales Miranda aseveró que en esta comunidad de desplazados “la situación es triste, porque las autoridades dicen ‘estudien en línea, Aprende en Casa’, y no hay condiciones para que eso suceda. Necesitan de un programa emergente de atención a estos niños y muchachos”, señaló.