De no haber decidido el presidente Andrés Manuel López Obrador la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, detenido el jueves pasado en Culiacán, Sinaloa, se habrían registrado más de 200 muertos, en su mayoría civiles por las armas y la capacidad de movilización de la organización criminal.

Así lo aseguró el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, quien este sábado explicó que el gobierno de México abandonó “la doctrina del daño colateral”, en la que importa más la detención de los criminales, que la vida de las personas.

“México ya abandonó la idea del daño colateral, dicho de otra manera si se hubiese dado la orden de continuar el operativo en Culiacán, se estima que los muertos sobre todo de la población civil habría rebasado probablemente los 200, a juzgar por las circunstancias en que estaban desenvolviendo, en la doctrina tradicional el daño colateral no importa, lo que importa es que tú detengas a 1, 2 o 5 personas, no importa si se mueren 100, 200 o 300 personas”, justificó.

Ebrard Casaubón explicó que “por esa razón se determinó que no se pondrían en riesgo las vidas, no obstante, se seguirá adelante el despliegue de la Guardia Nacional, sigue su ritmo, y hay una orden de aprehensión y presentación de ésta y otras personas que sigue vigente y las autoridades correspondientes tienen que hacer lo necesario”, indicó.