* El laberinto de Babel

Isaías Alanís

En la confundición de los lenguajes el presidente ataca de nuevo, primero con el finiquito de la guerra contra el narco que se ha recrudecido y la violencia como rémora transexenal, la abolición por “decreto” de la corrupción y del neoliberalismo. Milton Friedman, a partir de la revuelta petrolera en 1970, con otros cuates diseñó esta doctrina económica en la cual defienden la no participación del Estado en la economía; esta escuela pugna por adelgazar al Estado, maniatarlo al no permitir ninguna injerencia de este en la economía y sin una libertad de comercio. Exaltando la producción privada autónoma sin la participación del Estado. Entre otras cosas los principios básicos del Neoliberalismo son: “La mínima participación del Estado en la configuración de la economía de un país”. La poca intervención del gobierno en el mercado laboral. Política de privatización de empresas estatales. Libre circulación de capitales internacionales y el énfasis en la globalización. La economía le abre las puertas a las multinacionales para que inviertan. Adopción de medidas contra el proteccionismo económico. La operación de las actividades económicas son notoriamente mas simplificadas, ya que se resume la burocracia del Estado en el proceso. Oposición al exceso de impuestos y gravámenes. Aumento de la producción, para lograr el objetivo básico del desarrollo económico del círculo inversor. Contra el control de los precios de los productos y servicios por parte del Estado, es decir, la ley de la oferta y la demanda es suficiente para regular los precios. La base económica debe estar formado por empresas privadas.
Esta ojeada rápida a los principios básicos del Neoliberalismo tiene como objeto poner en su dimensión las declaraciones del presidente que hace sonar la alerta amarilla a millones de mexicanos y les para las antenas difamatorias a los enemigos de AMLO presidente. En la clausura de los foros nacionales “Planeando juntos la transformación de México”, levantó su voz a la mitad del foro: “Es el momento de expresar que para nosotros ya se terminó con esa pesadilla que fue la política neoliberal, declaramos formalmente desde Palacio Nacional el fin de la política neoliberal, aparejada esa política o modelo neoliberal o neoporfirista con su política económica, de pillaje, antipopular y entreguista”. Quedan abolidas las dos cosas: el modelo neoliberal y su política económica de pillaje, antipopular y entreguista”. (La Jornada/18/3/19).
Y seguramente para recordar la locura modernizadora de Salinas que precisamente hizo posible el sueño neoliberal al desmantelar al Estado mexicano, López Obrador advirtió sin conceder todavía el perdón: “Debemos demostrar que la modernidad puede ser forjada desde abajo y sin excluir a nadie, y que el desarrollo no tiene por qué ser contrario a la justicia social”. Y envuelto en una aerola nacionalista tardía lanza un resorterazo a los “emisarios del pasado”: “Se guiaban los anteriores gobernantes de las recetas que enviaban desde el extranjero, de las llamadas reformas estructurales. Desde allá se definía la agenda nacional y se imponían las políticas públicas, porque al final de cuentas eran políticas que iban dirigidas a garantizar el bienestar de las minorías y a marginar a la mayoría de nuestro pueblo”.
El discurso dado en el Auditorio de Tesorería por el presidente, no sabemos cómo catalogarlo, como preocupante por la avalancha de protestas del sector empresarial, con el que coquetea abiertamente, o aún más preocupante porque la Babel de las lenguas le ha pegado duro al presidente de los millones de votos y más millones de ciudadanos que aprueban sus medidas, o bien estamos ante el resurgimiento de un nacionalismo al estilo Lázaro Cárdenas, cuando nuestro país ya no está en formación como en los años treinta del siglo pasado. La economía mexicana depende de los EEUU y solo basta con echar una mirada a cualquier centro comercial y todo, hasta los anuncios de un refresco, están en inglés. México depende de una nación que ha convertido al neoliberalismo en un arma de sometimiento más poderosa que los misiles con ojiva atómica. México, gracias a los gobiernos neoliberales de Miguel de la Madrid a EPN, le debe su estancamiento en el desarrollo y crecimiento de la economía nacional a la dependencia de la economía gringa. Es obvio que se necesita el capital privado local y extranjero para detonar el desarrollo, pero con reglas bien claras y con la rectoría del Estado mexicano.
En este laberinto sin soledad, la nueva Babel del presidente de México respecto a borrar de un tirón el Neoliberalismo en México, entra en el terreno de la ficción o es un golpe en la cara a los dueños de la Suave Patria y a los que desde el extranjero manejan la economía azteca. O se está preparando el terreno para realizar una serie de expropiaciones de alto impacto en la desmadrada y dependiente economía mexicana. Esta ficción suena a que en la Babel de México, la confundición de las lenguas va má allá de un simple tropiezo declarativo, o una broma de buen gusto del presidente ciudadano, o que en Dos Bocas, Tabasco, las licitaciones para echar andar esa refinería solo serán para empresarios nacionales supervisadas por el gobierno mexicano, que no les pedirá “moches”, ni tampoco ninguna Casa Blanca, así como que no se inflarán los presupuestos, no se evadirán impuestos y los operadores de esas transancciones no comprarán cuadros de Picassso, relojes exclusivos, suits en Manhattan, piso en París y una isla griega en el Mediterráneo.
Pero la pregunta es muy simple: “¿Se podrá abolir por decreto el Neoliberalismo en un país jodido por estas medidas implantadas desde la década de los setentas y exponenciadas durante el sexenio de la modernidad salinista en la que se vendieron bancos, televisión, petróleo, electricidad, en fin todas las industrias estratégicas del Estado y se gestó la pobreza, desigualdad y el futuro de millones de mexicanos sin oportunidades de nada, que ha generado más violencia, migración y todos los males de una sociedad dividida entre millones de pobres y una minoría rica y privilegiada?”