* Los dos “AMLOS”: Del no al Ejército a la creación de la Guardia Nacional

Alfonso A. Catalán

El anuncio de la creación de la Guardia Nacional (porque se va a realizar, a pesar de los resultados buenos o malos que arroje la consulta ciudadana) no debe sorprender a nadie. Más bien se veía venir. A través de estos años violentos, los gobernantes han venido implementando una serie de medidas–infructuosas, eso si—para tratar de acabar con las crisis en materia de seguridad pública.
Lo que llama enormemente la atención es que quien anuncia la creación de la misma es el candidato electo a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, figura que durante sus campañas (unos 18 años) siempre cuestionó que el Ejército estuviera en las calles.
Fue un 16 de noviembre del 2012, cuando el tabasqueño informó, en entrevista radiofónica con Carmen Aristegui, que a los seis meses de gobernar retiraría al Ejército de la lucha contra el narco a la vez que implementaría programas para recuperar la economía. No fue la única vez. En sus giras a diferentes comunidades y en sus spots televisivos, López Obrador siguió informando que “tenemos que ir sacando al Ejército de las calles, el Ejército no está preparado para esta función”, “no es para eso, el Ejército, vamos a enfrentar el problema de la inseguridad y de la violencia atendiendo a las causas, esa es la forma más humana, más eficaz”. En la nota “El Sabueso: ¿Promover reformas constitucionales? ¿Sacar al Ejército de las calles? AMLO se contradice” publicada por Animal Político el pasado 21 de este mes, se informó que López Obrador presentó 50 puntos de su Proyecto Alternativo de Nación, con el que Morena se constituyó como partido político, y el sexto punto fue que “Gradualmente se retirará el Ejército y la Marina del combate al narcotráfico”, lo que desató los aplausos de los presentes.
AMLO apostaba entonces a la creación y el refinamiento de instituciones capaces de procurar y administrar justicia, más modernas y fiables, dijera el “sin corrupción”.
Pero he aquí que gana, por fin, la presidencia de México, y a solo unos días de entrar en funciones como el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, se le ocurre la “excelente” idea de hacer un giro de 360 grados en su discurso en el que había pregonando—supuestamente– sus ideales y dice que mejor sí, que hay que crear una Guardia Nacional, compuesta por militares y policías actualmente activos.
En entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, el futuro presidente expresó que “no puedo garantizar la paz y la tranquilidad de los mexicanos sino llevamos a cabo esa reforma constitucional (que creará la Guardia Nacional)”, dando a entender que no queda de otra más que la creación de este nuevo grupo.
Las reacciones a este extraño cambio de parecer no se han hecho esperar, y casi 130 organizaciones de la sociedad civil (en la que se encuentran unas 600 personas, entre activistas, académicos y ciudadanos,) han rechazado la creación de la Guardia Nacional y con justa razón.
Con esto debemos aceptar que existen dos Amlos. El que está a favor del Ejército en las calles y que los quiere retirar. El problema está en ¿Quién de los dos nos va a gobernar? ¿Aquel congruente con sus ideas o el que de un día para otro cambia su discurso por lo que mejor le convenga?
Sobre este y otros temas que vayan surgiendo se requiere ser totalmente justos y objetivos. No de si somos “chairos”, “fifís”, “pro AMLO” o “contra AMLO”, sino de analizar y ponerse a pensar que el candidato electo ha cambiado su discurso y creará, les guste o no, la Guardia Nacional. Es hora, pues, de estar al pendiente de todos sus actos, ser sumamente críticos con ellos y sobre todo cuestionar los proyectos (El Tren Maya, por ejemplo) que sabemos que se harán, haya o no consulta ciudadana.
armando16cat@outlook.com