* Ayutla: Una alcaldesa acotada
* “Mi vida peligra”, acusa ante HAF
* UPOEG y CRAC crean la zozobra
Jorge VALDEZ REYCEN
En Ayutla se viven las horas difíciles.
En la cuenta regresiva para elegir autoridades municipales mediante el método de usos y costumbres, es este municipio de la Costa Chica guerrerense el único que habrá de elegir mediante asamblea al nuevo alcalde.
Héctor Astudillo Flores lo dijo enérgicamente pero sin alzar la voz: llamó a mantener la paz y la civilidad en Ayutla de los Libres.
Hortensia Aldaco Quintana, alcaldesa en funciones, de entrada, molesta, nerviosa, antes de firmar un Pacto de Civilidad, alzó la voz para acusar: “Que quede bien claro: mi vida corre peligro”. Y la mirada se clavó en Bruno Plácido Valerio, dirigente formal de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), a quien señalan de ser el orquestador de una elección “amañanada”.
Fue entonces que el árbitro pidió “tiempo fuera”: El gobernador Astudillo propuso un receso de 15 minutos para hacer correcciones al documento que será firmado por autoridades federales, estatales, del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) y por el abogado y promotor del proceso electivo, Manuel Vázquez Quintero, quien pertenece a la UPOEG.
Hortensia Aldaco fue más vehemente aún: “En esta mesa se dicen unas cosas y en el municipio se hacen otras”. Se dijo preocupada porque “la problemática no es en la cabecera, sino en las comunidades, donde la policía comunitaria armada no permite la entrada a la autoridad municipal”.
Acusó que “hubo campañas de desprestigio, de odio, donde todas las familias se pelean; todos tienen armas”. Señaló que “son 15 personas las que han desestabilizado al municipio. Yo no sé qué exista atrás de todo esto –añadió la alcaldesa— pero lo que sí le digo, señor gobernador, es que mi vida y la de mis hijos y familiares corre peligro”.
Astudillo guardó un prudente silencio para que la alcaldesa expresara abiertamente su estado de ánimo y la delicada situación que vive Ayutla.
Cuando hizo uso de la palabra, el mandatario estatal dejó en claro que “la seguridad la brindará únicamente la Policía del Estado”. Con esto echó abajo que los grupos armados de la UPOEG tengan facultades para vigilar la asamblea a la que asistirán 280 delegados electos en 140 asambleas comunitarias.
Lo que la alcaldesa Hortensia Aldaco advirtió ante el jefe del Ejecutivo estatal fue el uso de grupos armados que han usurpado las funciones de una autoridad municipal electa constitucionalmente, al grado de impedir el libre tránsito en las más de 150 localidades rurales del municipio. Dichos grupos han sido organizados, operados y armados bajo la logística de Bruno Plácido Valerio y la UPOEG, quien además logró insertar al promotor Manuel Vázquez Quintero, abogado de dicha organización, para organizar la elección. En otras palabras: es juez y parte.
Las horas difíciles de Ayutla de los Libres no están exentas de este tipo de denuncias. El domingo 15 de julio irán 280 delegados a una asamblea en la cancha de usos múltiples para elegir nuevo cabildo. Lo que buscan es explorar en un nuevo esquema electivo, de usos y costumbres indígenas.
Y en esto no están descartados los usos de la manipulación y el corporativismo disfrazado en organismos activistas que pretenden obtener el poder público, utilizando procedimientos ancestrales como lo hacían mayordomos, ancianos sabios y jefes tribales.
La de Ayutla será la elección más vigilada de toda la historia moderna…
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.