* El “voto duro” del PRI asciende al 30%
* Los Exgobernadores en plena campaña
* René, Aguirre, Figueroa y Z… ¡a fondo!

Jorge VALDEZ REYCEN

El llamado “voto duro” del PRI en Guerrero supera el 30 por ciento del electorado y, en términos de experiencia, organización, estructura y estrategia podría superar el próximo primero de julio el gran divisionismo, la ruptura y la desbandada originada por el pragmatismo entre el PRD y MORENA.
Aunado a este dato nada despreciable, ni tampoco subestimado por expertos, la elección concurrente será aleatoria o diferenciada, en términos prácticos: MORENA le hará un enorme “boquete” al PRD y sus aliados del MC y PAN (éste último con apenas un 1.3 por ciento real), mientras que la contienda real será contra el PRI. Conforme pase el tiempo se preven declinaciones favorables al tricolor, por la intestina y feroz guerra de descalificaciones que hubo en los últimos 9 meses entre perredistas y neomorenistas.
La sal y la pimienta la han puesto, en esta inédita e inusual competencia electoral los exgobernadores de Guerrero, René Juárez Cisneros (dirigente nacional del PRI), Rubén Figueroa Alcocer (PRI), Ángel Aguirre Rivero (PRD-¿Morena?) y Carlos (Zeferino Torreblanca) Galindo, ahora contendiente por la alcaldía de Acapulco por el PT y “sin canicas”.
En ese orden de jerarquías en base a responsabilidades partidistas, hegemonía y presencia real entre electorado, los exgobernadores tendrán la oportunidad de medir su real aceptación, simpatía, arrastre de masas y penetración de ideas y conceptos en su experiencia como mandatarios. Vaya prueba a la que serán sometidos, a la par, del proceso electoral.
Las fotografías del fin de semana fueron el punto de partida más efectivo para contrastar el efecto antes citado. Guerrero fue laboratorio político-electoral en el pasado. Vivió una transición democrática fallida, dolorosa, cuyos efectos aún resienten tanto Aguirre como Z.
En abono a lo anterior, están los gobiernos municipales que todavía quedaron de esas reminiscencias en franco deterioro y de poca aceptación. Desdibujados, abandonados por una dispersión pragmática, las “tribus” del PRD quedaron en la orfandad de liderazgos que tenían voz y voto en la cúpula de “Los Chuchos” y ahora emigraron a MORENA donde los ven como tránsfugas del oportunismo y emisarios de la traición.
En ese tránsito acomodaticio, han sido sorprendidos por un proceso electoral que desnuda sus verdaderas ambiciones por cargos, dejando atrás trayectorias rapaces, plagadas de inconsistencias en sus actos y hechos como parte de gobiernos difuminados en la ineficacia, corrupción, ineptitud y cinismo. ¿Con qué cara pedirán otra vez el voto?
Lo que más se observó fue el uso maniqueo de personeros en la conformación de planillas, “de chile, dulce y manteca”, cuyos cuadros obtienen un generalizado grado de mediocridad.
Sí, a los exgobernadores que han saltado a la palestra para ofrecer su capital político (mermado o no), se les va a medir a fuerza de tener entre sus aliados a gente que no los defraude, primero a ellos, y luego a los potenciales sufragantes. Se han colado a la refriega muchos entes que a río revuelto buscan ganar para ellos, no para su partido, ni para sus alianzas. Ese egoísmo permea en las listas para alcaldes, síndicos y regidores.
A fuerza del “voto duro” que tiene el PRI, en su estructura, bases sectoriales, representantes en todas las casillas y distritos… el contraste es que el PRD enfrenta con preocupación y crispación que ya no lo tiene, ni tampoco sus aliados PAN y MC. Lo sabe Mancera, Zambrano, Mojica y Aguirre y todos.
MORENA tampoco lo tiene ese “voto duro”, ni la estructura de bases… y lo sabe Félix, Sandoval, Núñez, Misael, Adela y hasta Z y todos… sólo apuestan al efecto “mágico” y mediático de AMLO y prueba de ello son las calcomanías de los aspirantes “colgados” de la imagen del Peje. Cero discurso; cero propuesta… todo lo dejan en manos de Su Señor, su benefactor y hasta su padrino de candidatura.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.