Héctor Contreras Organista

 

Es conocido en todos lados como ‘Malán’, heredando el sobrenombre de su señor Padre, don Mario Rodríguez Méndez, todo un personaje dentro de la bohemia guerrerense.

Mario nace y crece en un ambiente lleno de arte, música, guitarra, corridos y sobre todo el optimismo que siempre priva en el seno del hogar con sus padres, don Mario y su valiosa y linda compañera, una mujer admirable como esposa, madre y amiga, doña Ondina Bello de Rodríguez.

Mario se nutre de ese ambiente y va conociendo poco a poco las amistades de su papá, todos con inclinación al arte.

Ya en la juventud comienza a juguetear con la guitarra y pronto la hace su amiga. Canta pero comienza a seleccionar las canciones. Es atraído por la música de tríos, por el folclor guerrerense, sobre todo por los corridos, pero no quita la mira de la Trova Cubana en la que al paso de los años resulta ser todo un experto, mucho más después de conocer Cuba y a su trovador estrella, César Portillo de la Luz.

Al casarse con una mujer tan bella, cordial y magnífico ejemplo de lo que es la mujer guerrerense, Isabel Córdoba, Mario tiene en la inmediatez muchos más motivos para inspirarse en sus interpretaciones.

Gracias a las amistades de su señor padre, cultiva relaciones fraternas con el compositor chilpancingueño Arturo Neri de quien se convierte en su cantante inimitable con dos de sus bellas canciones: Piernas Maravillosas y Estatua de Carne, esta última grababa hace años por los Hermanos Martínez Gil.

A Mario Rodríguez Bello se debe que en Chilpancingo y prácticamente en Guerrero la bohemia no haya desaparecido, porque se puede asegurar que es él su máximo exponente.

Independientemente a todo cuanto toque, cante o declame, Mario Rodríguez Bello es el más acucioso investigador de la música en todos sus géneros, particularmente de la música latinoamericana, para lo cual cuenta con una riquísima hemeroteca, discoteca y fonoteca que envidiará el más destacado investigador de esos géneros.

La vena artística, como queda remarcado, le sobreviene de su señor padre, y obviamente también de la línea materna hay aportación de caudales de arte, en virtud de que otro gran compositor, Héctor Cárdenas Bello, es primo hermano suyo.

En cuanto a la intensidad de su acento interpretativo resalta invariablemente el espíritu enorme de don Agapito Rodríguez, punta romántica de sus ancestros, destacado cantante y compositor que legó a Guerrero verdaderas joyas musicales, labradas bajo la fronda de los pinares de la sierra de Guerrero y que registran historias, leyendas y andanzas de infinidad de personajes que poblaron esa región suriana.

En Mario Rodríguez Bello nace, crece y se multiplica la verdadera esencia de la bohemia guerrerense, sin duda alguna.