Crónica

 

* En el PRI: Nada a la improvisación… ni al a’i se va

 

Jorge VALDEZ

 

A ella la recibieron con “las mañanitas” a coro –la prima vocce era la diputada añorvista Pilar Vadillo—secundada por lideresas del PRI que desgañitáronse ante la cumpleañera.
A él con grabadoras y preguntas. Se separaron apenas cinco pasos. Se rompió la formación “diamante” del cordón de seguridad en su entorno.
Así llegaban los esposos Héctor Astudillo y Mercedes Calvo a la cita con las mujeres del PRI-Guerrero.
Dentro del teatro Juan Ruiz de Alarcón el sofocante calor parecía que era un sauna. De aquellas fragancias de Channel, Carolina Herrera, Femme, Obsession y demás se confundían con los sudores. Peligrosamente el aforo de 800 personas se convirtió en tres mil, ante lo vetusto del edificio en ruinas y el rebase del tope.
Alguien ordenó el cierre de la puerta. Y se quedaron afuera el diputado taxqueño Salomón González Majul, la lideresa Eneida Guerrero Valverde y varias mujeres con playeras del Movimiento Territorial. Comenzaron los gritos y las protestas.
Con sonrisa congelada, mirada condescendiente y controlando a los guardias de la puerta con la mirada, la funcionaria alzó la mano y la puerta se abrió. “Pásele licenciada”, le dijo el guardaespaldas. El diputado Salomón y su esposa se deslizaron entre los 30 centímetros que pusieron los guardias para que entraran ante miradas reprobatorias de las lideresas.
Eneida Guerrero estaba muy molesta. “Este es un acto del PRI y de las mujeres no se vale que cierren las puertas”, recriminaba. La funcionaria de sonrisa de dentífrico calmó las aguas y abrió las puertas a las protestantes. Se “colaron” seis, siete y hasta 10… Luego una mujer de 1.80 de estatura se identificó: “Soy la diputada Isabel Rodríguez”, pero el guardia le hizo una seña con los dedos de esperar. Una edecán del Congreso la introdujo hasta su silla en el presídium.
Las mujeres de abajo estaban enfurecidas. “Por eso pierde el PRI… ya necesitarán de nosotras y entonces andan de arrastrados”. Los brigadistas de Protección Civil eran custodios de puertas y suplieron a policías.
Ya en la liturgia política tricolor, la lideresa del Sindicato de Trabajadores del Sector Salud, Beatriz Vélez Núñez, le cerraba el paso a otras mujeres en el liderazgo del OMPRI. Ella llevará las riendas para que el 50 por ciento de las féminas vayan a cargos de elección por el tricolor, por lo que su cargo es de alta relevancia. Se quedaron mirando y con rostros de “wahts” más de tres integrantes del gabinete.
Aquí nada se dejó a la improvisación, ni al a’i se va. Aunque en los hechos salten chapulines.
Todavía hay voces que impugnan a Alejandro Hernández Lotzin, en la presidencia del ICADEP y con la dualidad de cobrar como funcionario de Comunicación Social. Pecaditos de juventud, le dicen.
Ingresar al teatro Ruiz de Alarcón era una proeza, casi una hazaña. Mejor alcanzar la salida.
Atrás del escenario se abrieron otras puertas de emergencia, para sacar rápido a la gente. Los organizadores llenaron hasta el sobrecupo con todos sus riesgos.
La toma de protesta de Bety Vélez era un mero formulismo, al que no había necesidad de exponer a cientos de mujeres. El ambiente festivo se contagió hasta la calle, donde otra fila se formó para los tacos de guisado. Allá donde estaban los camiones urbanos. El músculo priísta mostró su fortaleza… y sus debilidades.