¿Qué ocurrirá en Octhambre?

 

Felipe Victoria

 

La tan “femenina” madre naturaleza demostró su poder devastador, recordándoles a los imperfectos humanos que ni a Dios Padre pide permiso de hacer sus travesuras, sacudiéndonos el piso o inundándonos por construir donde no se debía u obstruir cañerías y cauces naturales.

Este décimo mes no pinta color de rosa con la temporada de huracanes y tormentas.

Recordemos el huracán Pauline en octubre de 1997, cuando gobernaba como el  economista Ángel Heladio Aguirre Rivero, que por órdenes presidenciales tuvo que quitarle la presidencia municipal porteña a Juan Salgado Tenorio.

Parecía ser el ocaso de la dinastía de Huitzuco para comenzar el imperio del Grupo Ometepec en Guerrero, pero subieron al mando un guerrerense acapulqueño y un jalisciense criado en el puerto, disfrazado de perredista externo, al que inimpugnablemente relevó  por elección popular Aguirre Rivero, en 2011, impulsado por una coalición de partidos de izquierda, sin imaginar que por esas cosas  del destino, en septiembre de 2014, truncarían su periodo a consecuencia de conflictos entre cartelitos amapoleros en Iguala, cuando escarmentaron a vándalos ladrones de drogas opiáceas y desaparecieron toda evidencia para quedarse como estigma para el presidente Peña Nieto y su administración.

Cosas así hacen que a los políticos no les preocupen tanto las desgracias naturales sino las complicaciones en sus disputas electorales por el poder, como se avizora para el 2018.

El engrudo está hecho bolas en los tres principales partidos nacionales, donde se hacen trizas anticipadas los panistas Margarita Zavala Gómez del Campo, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya presagiando un triple knock out.

Ambiente canibalesco entre las corrientes y  tribus perredistas que no tienen a la vista un candidato de veras fuerte y de unidad interna al quedarse como huérfanos del Peje, que les dio la espalda para irse con su seductora Morena, más joven y menos enferma de corrupción.

En el dictatorial PRI que se quedó noqueado durante dos sexenios, nomás no se ponen de acuerdo tantos que creen merecer la candidatura presidencial: los identificados como del Grupo Atlacomulco ni en sueños aceptarían que alguien ajeno al clan mexiquense sea candidateado; antes serían capaces de ponerse de hinojos ante un “simpatizante externo” como José Antonio Meade Kuribreña, por sus cualidades y limpieza de trayectoria no priísta, que darle paso a un sonorense con merecimientos como Manlio Fabio Beltrones o a un hidalguense de la talla de Miguel Ángel Osorio Chong, a quien le tocó la misión imposible de la seguridad pública en manos de las mafias empoderadas desde inicios del Siglo XXI.

Los amigos personales de quien decidirá la sucesión desde Los Pinos siguen robusteciéndose como sea: Aurelio Nuño y Luis Videgaray, sin soslayar que el impredecible “comandante supremo” pudiera tener por ahí en resguardo a un “tapado” al estilo antiguo tan tradicional.

Pero como sea, y por lo que sea, el tabasqueño tan tenaz Andrés Manuel López Obrador no puede cantar victoria anticipada; si bien cuenta con carisma y poder de convocatoria para una mitad del electorado, la otra y los abstencionistas le tienen miedo.

Pudiera darse entonces la sorpresa de que cuajara alguna inusitada candidatura independiente como tercera opción en discordia para el 2018; los mexicanos se hartaron del PRI por setenta años y se desencantaron con el PAN en doce; quizá en la urnas escojan entonces alguien que no sea de uno ni otro partido, pero ni del PRD ni de Morena.

Sin ruido excesivo pero “rugiendo” de costa a costa y de frontera a frontera, felinamente astuto anda por ahí a punto de registrarse como candidato independiente un guerrerense oriundo de Tecpan de Galeana, el de momento casi innombrable aquí Armando Ríos Piter.

Pero si a nivel nacional las premuras y calenturas por candidaturas son un descuajaringue fenomenal, en el tan codiciado Acapulco no podía ser la excepción.

Las cuatro personas priístas que mencionan como posibles candidateables (Julieta Fernández, Fermín Alvarado, Ricardo Taja y Ernesto Rodríguez) son ligadas por la vox populi a distintos padrinazgos, por lo que pudiera aparecer al final alguien oculto a la fecha.

En el PRD en desmoronamiento, Evodio Velázquez pareciera pensar en reelegirse, pero le endilgan a Beatriz Mojica Morga como posible relevo, mientras David Jiménez Rumbo publicita sus intenciones de aniquilar a extorsionadores, y los perredistas legalistas y mesurados mencionan al abogado Ramón Almonte Borja, que prudentemente no gasta pólvora en infiernitos adelantándose a los tiempos adecuados.

De parte del PAN, el exalcalde Zeferino Torreblanca pone a temblar a muchos sin quitarle posibilidades a la dura regidora Gloria Sierra, mientras el aspirante de Hutizuco, Rubén Figueroa Smutny, coquetea con alquilar el registro de los teachers de Nueva Alianza, o de plano lanzarse como candidato independiente, igual que Jacko Badillo, el empresario exitoso en seguridad privada.

Para colmo, la creación del Frente tripartita puso en apuros al PAN y el PRD, pues el que sí sería candidato por el Movimiento Ciudadano es el diputado Ricardo Mejía Berdeja, en tanto los entusiastas de Morena sin estructuras se hacen bolas optando por mencionar que candidatearán a una linda mujer en vez de varones que no dieron el ancho.

¡Ufff y recontra ufff! El comal cada día se pone más ardiente y por ahorita todos los aspirantes suspirantes a la alcaldía acapulqueña como si estuvieran descalzos.